Al menos una veintena de negocios ubicados en la zona de la avenida José Pagés Llergo y el boulevard Adolfo Ruiz Cortines han sido condenados a la muerte por la lentitud de los trabajos del distribuidor de Universidad.
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Los mismo está ocurriendo en la avenida Francisco Javier Mina a la altura de la calle 2 de Abril.
Esto se debe a que ya no sólo padecen por las bajas ventas o la falta de clientela, sino que algunos de ellos han tenido que cerrar en forma definitiva.
Desde una tienda de conveniencia hasta una sucursal bancaria, pasando por un negocio de llantas, una ferretería y oficinas de seguros y fianzas, todos han corrido con la misma suerte desde que iniciaron los trabajos del Distribuidor vial de avenida Universidad.
En el caso de la sucursal de Bancomer que estaba en la esquina con Ruiz Cortines desde hace unas semanas ya no opera, y el edificio está en espera de ser rentado nuevamente para ponerlo en operación.
Durante un recorrido por la zona se constató que cada vez son menos las personas que transitan por esa calle, y aunque la primera etapa del Distribuidor ya se encuentra en operación, esto sólo significó el tiro de gracia para muchos negocios que no lograron recuperarse.
Asimismo, en la esquina de Ruiz Cortines y avenida Universidad, había al menos 4 establecimientos de giros como ferretería, tlapalería y un abarrotes, que no han podido reabrir sus puertas.
De este modo, estos cierres fueron el daño colateral ocasionado por la obra del Distribuidor Vial, que permanece con retrasos en su ejecución.