La ciudad de Villahermosa, antes San Juan Bautista, siempre fue un centro urbano con aspiraciones de convertirse en la gran urbe del sureste mexicano, por lo demás casi siempre relegado del progreso y los nuevos avances tecnológicos. Es por eso que desde hace más de 100 años, es posible hallar en la capital mercancías y servicios de primer nivel, e incluso algunas diversiones.
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Hoy, buceando entre antiguas publicaciones y revistas impresas del Tabasco de hace más de 100 años, es posible conocer algunos de estos objetos y espectáculos, que seguro hicieron las delicias de más de una persona durante las fiestas navideñas:
REGALAR ZAPATOS PARA DAMA
En la revista Tabasco Gráfico, cuyo director era Justo A. Santa-Anna y que se publicaba cada domingo a un costo de diez centavos del año 1913, es posible ver los anuncios de calzado que se hacían para que la sociedad local los luciera en las fiestas. En la foto, puedes ver una publicidad de "El Palacio de Cristal", que anunciaba zapatos para dama, "la única casa que cuenta con calzado americano legítimo"
PASAR UNA NOCHE EN EL HOTEL PALACIO
El lujoso hotel Palacio tenía la mejor vista hacia el río Grijalva, que en esa parte era más ancho de lo que es ahora, y se encontraba junto al embarcadero. De acuerdo al libro Crónicas y remembranzas de Villahermosa, siglo XX, de Elías Balcázar Antonio, este lugar de la ciudad era muy concurrido y emblemático, ya que los personajes y gente de buen nivel socioeconómico podían permitirse pernoctar en aquel hotel.
COMPRAR UN LIBRO O MANDAR A HACER UNA TARJETA
Se ignora si el mandar a imprimir tarjetas navideñas era una tradición a principios del siglo XX en Tabasco, como lo era en otras partes del país, pero lo que sí sabemos es que si hubieras querido imprimir alguna con la leyenda, "Feliz Navidad te desea sutanito o perenganito", lo más seguro es que lo hubieras hecho, en 1913, en los "Talleres de Imprenta, Encuadernación y Librería El Arte", que estaba ubicada en el número 25 de la calle de Sáenz. Los libros de reconocidos escritores nacionales y locales podían hallarse en este lugar, como los de Manuel Sánchez Mármol, Arcadio Zentella y León Alejo Torre, entre otros.
PASES PARA ASISTIR AL TEATRO
Había muchos teatros históricos en la vieja San Juan Bautista; muchos de ellos presentaban espectáculos constantemente, entre ellos el "Café del Portal", cerca de Palacio de Gobierno y donde hoy opera un banco; el teatro Castaldi, en donde hoy es la calle Juárez; el teatro Merino, etc. Te dejamos la imagen de la columna "Teatralerías", firmada por "Fulano de Tal" en la revista "Tabasco Gráfico", en donde se asentaban feroces críticas contra los espectáculos teatrales que se presentaban en la San Juan Bautista de 1914.
IR A UNA CORRIDA DE TOROS
Los espectáculos taurinos eran muy concurridos en la ciudad. Cerca de 1909, en la llamada "zona norte" de la ciudad, estuvo una plaza de toros y un parque de diversiones llamado "El Tívoli", donde se organizaban kermeses y carreras de bicicletas. Existía otra plaza, llamada "La Lidia de San Juan Bautista", propiedad de los hermanos Suárez Narváez, cerca del "playón" del río Grijalva, donde posteriormente se construiría el cine Sheba. En estas corridas y espectáculos solían presentarse artistas taurinos de talla internacional, así como circos y otros espectáculos, y resultaban muy concurridos por toda la sociedad tabasqueña.
PASEAR EN EL VAPOR MANUEL SÁNCHEZ MÁRMOL
El vapor Manuel Sánchez Mármol se encuentra entre los barcos más emblemáticos de la época de oro del comercio fluvial de Tabasco. Fue botado en 1904 en el Puerto de Frontera, y junto con otros barcos, como el Lumijá, el Abraham Bandala, fue construido por la compañía The Tabasco, Chiapas Trading Transportation Co., y como los anuncios y las crónicas de época suelen referirse a estos barcos, era posible hacer el viaje del puerto de Frontera a la ciudad de San Juan Bautista con todas las comodidades. Un boleto podía costar entre 15 y 65 pesos.
DELICIAS Y BOCADILLOS PROVENIENTES DE LOS MERCADOS DE SAN JUAN BAUTISTA
El mercado "Central" de San Juan Bautista fue construido alrededor de 1850, porque hasta antes de eso, los "venteros" solían deambular por las calles ofreciendo sus mercancías. En este sitio se podían comprar legumbres, frutas, aves de corral, leche, cacao, pinole. La verdura para el tradicional puchero, los dulces de fruta; oreja de mico, dulce de papaya, pozol de cacao, cocoyol, guapaque, camote envuelto en hoja de joloche, miel, y distintas variedades de bocadillos de plátano, o guineo.