En un 80 por ciento ha decaído en el último mes la actividad y los ingresos económicos para los reparadores de calzado que prestan sus servicios frente al mercado público José María Pino Suárez.
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Sin embargo, una decena de zapateros no pierde la fe de seguir trabajando aun en medio de esta pandemia por el Coronavirus o (Covid 19).
La razón es que para estas personas esta actividad representa su única fuente de ingresos, por lo que no les queda otra que seguir acudiendo todos los días a instalar sus locales ambulantes en la calle Hermanos Bastar Zozaya, donde desde ya es tradicional desde hace muchos años encontrar estos espacios de reparación de calzado.
Con la colocación de una simple “tapita” para las zapatillas de las damas, hasta una costura de zapatos escolares, cambio de suelas o hasta aplicación de tinta para alagar la vida útil del calzado de los tabasqueños, estas personas se ganan la vida honradamente, aunque nunca habían padecido una crisis tan severa, ni siquiera en las inundaciones que ha padecido la ciudad de Villahermosa.
No hay mucho en estos momentos, hay días en que hay chamba y otros que de plano, no
señala Lucio Gómez, quien lleva más de 10 años prestando su servicio en esa banqueta de la calle Bastar Zozaya.
Como ejemplo de esta disminución de sus actividades, comentó que en días ordinarios llegaba a sacar hasta 300 pesos diarios, pero últimamente en estos días apenas ha logrado obtener menos de 100 pesos.
“Mientras tenemos que hacer trabajos pendientes, porque ha bajado mucho la clientela”, indica al tiempo que se acomoda el cubrebocas obligatorio para todo comerciante o vendedor ambulante.
“Lamentablemente nuestra actividad se ha reducido, pero aquí seguiremos por lo pronto, hasta que no nos digan nada, seguiremos aquí trabajando”, comenta Lucio.
Como él, otros tantos zapateros y lustradores de calzado continúan haciendo la lucha en las inmediaciones del mercado Pino Suárez, a pesar de que cada día la afluencia es menos debido a la emergencia sanitaria.