El aguinaldo, una de las prestaciones más esperadas por los trabajadores en México durante la temporada navideña, puede tener implicaciones fiscales que muchos desconocen.

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Según la Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR), específicamente en su artículo 93, fracción XIV, las gratificaciones, como el aguinaldo, están exentas de impuestos hasta un monto equivalente a 30 días del salario mínimo general. Para aquellos cuyo aguinaldo supere este límite, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) cobrará ISR únicamente sobre el exceso.

Las tasas de impuesto pueden variar entre el 1.92% y el 35%, dependiendo de los ingresos totales del trabajador, lo que significa que la planificación financiera es crucial al acercarse el final del año.

El aguinaldo, de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, es un derecho de todos los trabajadores en relación de subordinación. Se calcula en función del tiempo trabajado, estableciendo un mínimo de 15 días de salario para quienes han laborado durante todo el año. Para los que han trabajado menos tiempo, se les otorgará una parte proporcional. Para aquellos que desean minimizar el impacto fiscal de su aguinaldo, se sugiere seguir ciertas estrategias.

Consultar a un contador puede ofrecer claridad sobre la situación fiscal individual y evitar errores en el cálculo del ISR. Además, es recomendable ahorrar una parte del aguinaldo para cubrir el impuesto y conocer las deducciones disponibles que podrían reducir la base gravable.

El aguinaldo es una valiosa fuente de ingresos durante las festividades, pero entender su tratamiento fiscal es fundamental para que los trabajadores puedan aprovechar al máximo esta gratificación. Una buena gestión de los recursos y la información adecuada son claves para un manejo financiero exitoso en esta época del año.