A pesar de la importante baja que sufrió la producción cacaotera por causa de la moniliasis hace algunos lustros, la actividad observó un repunte en los últimos años de 3 mil toneladas, pasando de 15 mil a 18 mil toneladas anuales.
Sin embargo, en 2019 aún no hay cosecha del grano debido a que el ciclo productivo registra un desfase en los tiempos, derivado de los efectos del cambio climático.
Walter Alberto Méndez Alcudia, especialista en el tema, explicó que desde 2005 en que la enfermedad invadió los cacaotales en el estado, se registró una considerable caída en la producción.
Pero gracias a algunos programas implementados por los gobiernos en turno, a la capacitación del Comité Estatal de Sanidad Vegetal y otras organizaciones los productores aprendieron a manejar el problema.
En ese tiempo se hizo una campaña de poda de los cultivos de tal manera que la producción empezó a repuntar logrando una considerable recuperación, que se vio mermada por el movimiento atípico de los periodos de lluvias y de sequías prevalecientes.
“Eso de que se retrasen las lluvias y se incrementen las temperaturas, está afectando. Las fechas de cosecha de cacao se supone que empiezan en septiembre y terminan en abril o mayo del año siguiente, con picos de producción, pero qué está pasando ahora, que no hay cacao y ya estamos casi a la mitad de octubre”, explicó.
Apenas empieza a desarrollarse la mazorca, entonces lo que pasa es que se están corriendo las fechas de la cosecha, lo que es un impacto del cambio climático.