La mayoría de las madres suelen preocuparse de que sus hijos sean abusados o victimizados en sus escuelas, sin embargo, ¿qué pasa cuando ellos son los agresores? Muy pocas veces es posible identificar estos casos.
Y es que para saber si tu hijo es quien ejerce bullying lo más importante es identificar ciertas actitudes, por ejemplo que se sienta superior a los demás, que notes que intenta dominar a niños con baja autoestima o incluso que sea manipulador.
Esto es fácil de identificar en casa cuando notamos que el niño comienza a querer dar órdenes a los padres o intenta tomar el mando, incluso si es impulsivo o reacciona sin control.
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Los niños que practican el bullying tienden a no tolerar muy bien la frustración. Es normal que en estos casos reaccionen de forma violenta o que no se pueda dialogar con ellos, te darás cuenta de que es intolerante.
Otras señales de alerta son que tiene un pensamiento inflexible, que chantajea a los demás, que es violento, que intenta infundir miedo en los otros o incluso si no van bien en la escuela.
¿Qué hacer en este caso?
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La alternativa más sana es dialogar con el niño, indagar si hay alguna situación que haya podido desencadenar este tipo de situaciones còmo una pérdida, un divorcio o incluso que haya sido abusado.
Así mismo, es importante tomar en cuenta el contenido que se consume ya sea en la televisión o en redes sociales, ya que muchas veces se tratan de patrones de repetición o para ser aceptados por los demás.
Platicar con él sin seriedad, desde el amor y sin regañarlo es una buena forma de establecer una relación de confianza para permitir que el menor comience a abrirse, sin embargo en estos casos la ayuda de un profesional, un psicólogo o un consejero escolar es de vital ayuda.