La trata de personas es un tema que siempre ha existido, incluso antes y después de la crisis mundial por Covid-19 que el mundo vivió; no obstante, a pesar de que esta es una constante en crecimiento, durante las pandemias o aquellas crisis que el mundo ha vivido a lo largo de los años se pueden agravar la situación de quienes ya son víctimas de la trata.

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En febrero de este año, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) realizó en México el lanzamiento a nivel regional del reporte “Los efectos de la pandemia de Covid-19 en la trata de personas y las respuestas a los desafíos”, mismo que fue desarrollado por la Sección de Trata de Personas y Tráfico de Migrantes de UNODC.

México, Brasil, Colombia y Costa Rica, fueron los cuatro países que participaron en la presentación que contó con la participación de UNODC, quienes dialogaron sobre los retos y particularidades que han enfrentado sus países durante la pandemia. El estudio ilustró el impacto devastador del virus Sars-CoV-2 en las víctimas y sobrevivientes de trata de personas.

En este sentido, se mencionaron a los factores que pueden aumentar la vulnerabilidad de algunas personas ante posibles traficantes, y entre ellas se encontraron: el acceso limitado a los servicios, la pérdida del empleo y la reducción de las horas de trabajo, situaciones que pueden colocar a las personas en entornos donde sus necesidades y las de sus familias pueden verse comprometidas.

En este sentido, la presentación mostró que, debido a la falta de acceso a los servicios esenciales para personas sobrevivientes de este delito, las medidas para frenar la propagación del virus expusieron a las víctimas a una mayor explotación. También detalló que los traficantes se aprovecharon de la crisis para capitalizar la pérdida de ingresos.

“Los traficantes se aprovechan de las vulnerabilidades y a menudo atraen a sus víctimas con falsas promesas de empleo”, explicó el Jefe de la Sección de Trata de Personas y Tráfico de Migrantes de UNODC, el Sr. Ilias Chatzis.

Asimismo, el estudio también reveló que los niños son cada vez más el objetivo de traficantes que utilizan las redes sociales y otras plataformas en línea para reclutar nuevas víctimas: “Los traficantes se adaptaron rápidamente a la 'nueva normalidad'. Respondieron al cierre de bares, clubes y salones de masajes, donde puede ocurrir la explotación, simplemente trasladando su negocio ilegal a propiedades privadas o en línea”, agregó el Sr. Chatzis.

En este sentido, el reporte señaló que, debido a los confinamientos y las limitaciones de los servicios de lucha contra la trata, las víctimas tuvieron incluso menos posibilidades de escapar de sus traficantes.

¿POR QUÉ UNA CRISIS SANITARIA PONE EN RIESGO DE TRATA A LAS PERSONAS?

El Clúster de Protección Global detalló una serie de razones por las que una crisis sanitaria como la del nuevo coronavirus COVID-19 puso en riesgo de trata de personas a personas que antes tenían un bajo riesgo de convertirse en víctimas, así como exacerbar el riesgo de quienes ya eran vulnerables a este tipo de delitos:

• Los traficantes se aprovechan del contexto de cambios y restricciones; la preocupación por satisfacer sus necesidades básicas puede facilitar que las personas caigan en las redes de trata.
• Aumenta el desplazamiento interno y con ello la vulnerabilidad de quienes se encuentran lejos de casa y buscan satisfacer sus propias necesidades.
• Los niños pueden estar más expuestos si hay interrupciones en los servicios educativos o separación de los cuidadores.
• Las formas de explotación utilizadas por los traficantes pueden cambiar y en vez de lugares físicos o públicos, ahora pueden ser explotadas en línea o en casas particulares.
• Las víctimas no puedan acceder a la información sobre el COVID-19, tendrán un acceso menos oportuno a información, apoyo y servicios relacionados con la pandemia; algo que los hace más vulnerables.
• La falta de ganancias puede aumentar la violencia y un trato aún peor para sus víctimas.
• No pueden practicar el distanciamiento social, especialmente si se ven obligadas a proporcionar servicios o trabajo sexual.
• A menudo, los traficantes retienen la identificación o el pasaporte de una persona, lo que dificulta su acceso a los servicios de salud y los deja vulnerables al abuso, la detención y la revictimización por parte de las autoridades.
• Las víctimas de la trata experimentan formas graves de maltrato, lo que puede hacerlos más vulnerables a infecciones graves, como la COVID-19.
• Los recursos humanos y económicos pueden ser destinados a otros lugares durante la pandemia, dejando momentáneamente a las víctimas de la trata con menos protección.

Es importante señalar que la respuesta a las necesidades específicas de las víctimas de trata durante una crisis como la del Covid-19 requiere del trabajo conjunto de las autoridades para ayudar a identificar los perfiles de los traficantes, implementar acciones con perspectiva de género y fortalecer las relaciones con las comunidades.

Publicado originalmente en El Sol de Puebla