Una noche de terror en casa de la abuela en Villahermosa

Espíritus malignos, objetos moviéndose sin que nadie los manipulara y posesiones demoniacas, son las experiencias aterradoras que una joven vivió en casa de su abuela en la capital tabasqueña

José Gómez | El Heraldo de Tabasco

  · viernes 9 de septiembre de 2022

La siguiente historia forma parte de la tradición oral del estado de Tabasco, bien puede tratarse de una pieza de ficción o pertenecer al imaginario popular. Algunos de los relatos que aquí publicamos son dados por verdaderos entre quienes afirman haberlos vivido, sin embargo, en la presente sección simplemente difundimos estos contenidos para que nuestros queridos lectores pasen un rato entretenido.

Una joven se encontraba en casa de su abuela en Villahermosa; había ido a pasar la noche. Nunca se imaginó lo que vería y que la marcaría para el resto de sus días. "Estaba en casa de mi abuela; de pronto escuchamos un ruido afuera, entonces mi abuela y yo salimos a ver qué pasaba. Ella no creía en esas cosas, hasta esa noche.

Cuando salimos, los perros estaban ladrando, llorando. Mi abuela los intentó callar, pero fue inútil. Decidimos cerrar, temimos que alguien quisiera meterse" Foto: Cortesía | Pixabay

Cuando salimos, los perros estaban ladrando, llorando. Mi abuela los intentó callar, pero fue inútil. Decidimos cerrar, temimos que alguien quisiera meterse".

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¿Cómo inició el terror dentro de la casa?

Al entrar a la casa se empezaron a encender aparatos eléctricos, escuchar ruidos como si alguien arrastrara cadenas, además de llantos, etc., según cuenta la muchacha. "Se empezó a encender el teléfono de mi tía, pero lo raro es que estaba apagado; en el baño se escuchó como si arrastraran cadenas. Se escuchaba el llanto de una mujer desesperada. Decidió ir a buscar (la abuela) a mi tía"

La tía que menciona la joven vivía en la casa y tenía un bebé. "Se escuchaban ruidos de sillas arrastrándose en la cocina Foto: Cortesía | Pixabay

La tía que menciona la joven vivía en la casa y tenía un bebé. "Se escuchaban ruidos de sillas arrastrándose en la cocina. Un muñeco de pilas se empezó a mover, pero no tenía baterías, empezó a decir: Te voy a matar, te voy a matar".

Las situaciones que ocurrían hicieron que la abuela comenzara a creer en lo paranormal. Se armó de valor y fue a buscar agua bendita, las puertas de los cuartos se cerraron. "Al momento de ir (a buscar el agua bendita) vio una sombra en la cocina que se quedaba viendo a la abuela y se retorcía.

La sombra poseyó a mi tía, quien comenzó a convulsionar; mi tío, que también estaba, intentó hacerla reaccionar, pero cuando volvió en sí, tenía otra voz y dijo: A todos ustedes los odian, una persona me envió a matarlos. Me han venido a despertar de mi tumba y ahora tienen aquí al mal".

La sombra poseyó a mi tía, quien comenzó a convulsionar; mi tío, que también estaba, intentó hacerla reaccionar, pero cuando volvió en sí, tenía otra voz Foto: Cortesía | Pixabay

Tras escuchar, todos entraron en pánico: "Las manos nos temblaron. Mi tía se desplomó y empezaron a moverse cosas, se va la luz, regresa y estallan los focos y vimos a una mujer colgada". La imagen de la mujer colgada a la que se refiere la joven, la vieron en la sala.

"Era como una visión, como que quería demostrarnos que alguien había ahí. Mi abuela vio una sombra con patas de cabra y pezuñas. Mi tía tiene como don, la han poseído”.

¿Qué ocurrió una semana después?

"Una semana después, comenzaron a escucharse ruidos dentro de la casa y eso me tocó escucharlos con mi tía. El perro comenzó a rasgar (la puerta), vimos una culebra dentro de la casa.

"Una semana después, comenzaron a escucharse ruidos dentro de la casa y eso me tocó escucharlos con mi tía. El perro comenzó a rasgar (la puerta), vimos una culebra dentro de la casa. Foto: Cortesía | Pixabay

Antes de encontrar la culebra, mi tía se desvaneció y entró en trance, comenzó a decir que algo peligroso entraría a la casa. Escuchamos una bulla en el cuarto del bebé, pero este se encontraba con nosotros, también se escucharon ruidos en el cuarto de mi abuela y vi una luz brillante; tomé valor y me acerqué, vi a unas personas tomando y otras peleando. Al parecer, la casa fue antes una cantina, una de ellas (las personas bebiendo) vio a dónde estábamos y comenzó a reír".