Es muy común que cuando a alguien le zumban los oídos, piense en que “alguien está hablando mal de ella”, sin embargo, esto puede ser una llamada de alerta sobre una grave enfermedad.
El zumbido en los oídos no es una enfermedad, sino el síntoma de una. Los zumbidos varían de persona a persona, ya que se pueden presentar como silbidos, golpeteos o timbres.
Tinnitus
El zumbido o pitido en los oídos que no es producido por el ambiente se le conoce como tinnitus o acúfenos y no se trata de una enfermedad, sino de un síntoma. Según un artículo del Duke University Medical Center, los acúfenos se pueden describir como un zumbido, timbre, chiflido o silbido. Este síntoma es más notable en lugares silenciosos o cuando faltan estímulos de distracción, el cual empeora al acostarse.
Aunque se trata de un síntoma muy común (entre el 10 y el 15% de las personas experimentan esta afectación auditiva), los acúfenos significan una enfermedad distinta dependiendo de la categoría, estas dos son según quién los puede escuchar:
Acúfenos subjetivos: es el tipo más común y solo lo puede escuchar solo el paciente. Se trata de una actividad anormal en la corteza auditiva (zona del cerebro responsable del procesamiento de los sonidos). Normalmente se produce por trastornos relacionados con el oído como la exposición a ruidos fuertes (traumatismo acústico), migrañas, enfermedad de Ménière.
Acúfenos objetivos: son menos frecuentes. Se debe a un sonido producido en algún lugar del organismo del paciente, que llega al oído a través de los tejidos. Este puede ser percibido por otras personas si son lo suficientemente fuertes. Algunas de las causas son el flujo sanguíneo rápido o turbulento de los vasos del cuello, el cual se produce debido a la disminución de los glóbulos rojos (anemia) o a la obstrucción de las arterias, que puede empeorar en pacientes con hipertensión.
Hablemos de la hipertensión arterial
Se habla de hipertensión cuando la presión de la sangre en los vasos sanguíneos es muy alta (140/90 mmHg según la Organización Panamericana de la Salud). Su característica es que generalmente no produce manifestaciones, por lo que pasa inadvertida.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2020, señala que 24.9 por ciento de los hombres y 26.1 por ciento de las mujeres padece esta enfermedad, que cada año ocasiona cerca de 50 mil fallecimientos.
Si la presión llega a niveles críticos, se pueden presentar algunos de estos síntomas: zumbido en los oídos, dolor de cabeza, palpitaciones cardíacas, cansancio, hemorragia nasal, entre otros.
¿Cómo se relaciona la presión arterial con la audición?
La enfermedad silenciosa (hipertensión), puede causar la pérdida auditiva gradual si no se controla de manera adecuada. Estudios realizados en las últimas décadas buscan la relación entre la hipertensión y la pérdida de la audición, en los que las observaciones han sido contundentes.
El vínculo entre la presión arterial y la audición está en que, si la presión arterial es alta, se pueden dañar los vasos sanguíneos del cuerpo, eso incluye a los que llevan la sangre a los oídos, lo que produce que la audición se vea afectada.
Hay que recordar que la hipertensión provoca que la presión de las arterias sea más elevada de lo normal, por lo que las paredes de estas se endurecen, dificultando el paso de la sangre.
Cuando se tiene la presión arterial alta, uno de los primeros síntomas es el zumbido en los oídos, derivado de la disminución del flujo de la sangre, la cual deja sin oxígeno a las células que se encargan de transformar la vibración del sonido en impulsos eléctricos que después son enviados al cerebro para que sean interpretados.
Un estudio publicado en la revista “Indian Journal of Otolaryngology, Head and Neck Surgery” de diciembre 2013 en el que se verificó la presión arterial de 150 personas hipertensas y 124 normotensas, indicó que a medida que aumentaba la presión arterial, empeoraba la audición.
Si sufres de zumbidos en los oídos lo mejor es que acudas a un médico para una valoración y descartes una enfermedad como lo es la hipertensión.
Publicado originalmente en El Heraldo de Chihuahua