Cuentan que cuando los españoles comandados por el capitán Hernán Cortés arribaron a estas tierras, pertenecientes a la región del pueblo yokot´an, el guerrero y cacique maya de nombre Taabs Coob, gobernaba el pueblo de Zintla (perteneciente a la región de Potonchan); se dice que este valiente guerrero era hermano de Moch Coob, cacique de Champoton.
Lee más: La coruja de Huimanguillo
Cuando se enteró de la llegada de los conquistadores, organizó un enorme ejército indígena para enfrentar a los intrusos y de esta manera no ser nuevamente burlado por los pueblos vecinos (se sabe que un año anterior, cuando Juan de Grijalva paso por Zintla, los indígenas se limitaron a regalarles comida y joyas mientras que los demás pueblos les dieron guerra, por esa razón los otros pueblos los burlaron y llamaron cobardes a los de Zintla); el día 25 de Marzo de 1519, Taabs Coob y su ejército se dispuso atacar a los españoles (hoy a ese primer combate entre españoles e indígenas la historia la conoce como la Batalla de Centla).
Sin embargo, los indígenas al escuchar los potentes ruidos de los cañones y otras armas de pólvora, ver a esos hombres barbados cubiertos de una armadura desconocida para ellos y ver sobre todo a los jinetes a caballo, creyeron que realmente peleaban contra el dios Aj Mut Chan (Kukulkán para los mayas y Quetzalcóatl para los mexicas) y huyeron despavoridos, abandonando el campo de batalla. Hernán Cortés al ver huir a los indígenas, tomo su espada y se posesionó de estas tierras a nombre de la Corona Española y la Santísima Iglesia Católica.
Vencidos y desmoralizados, los indígenas creyeron que habían perdido la guerra debido a la fuerza sobrehumana de esos dioses barbados; los españoles por lo contrario, creyeron haber ganado la batalla gracias a la aparición y el respaldo de el santo Santiago Matamoros, quien los guió a la victoria.
Días después de la batalla y según la tradición indígena, Taabs Coob y los otros caciques de la región pagaron tributo a los vencedores, en dicho tributo que ofrecieron a los conquistadores se encontraban comida, joyas y 20 mujeres esclavas donde venia Malintzin, que llamo la atención de Cortés por su inteligencia y belleza. Como hablaba náhuatl y yokot´an que era similar al maya, los españoles encontraron en ella, una manera de hablar con los indígenas.
De esta manera, Cortés continuó su camino hacia la conquista de la gran México-Tenochtitlan, capital del poderoso imperio mexica, Taabs Coob por su parte, continuó al frente de su pueblo; cuenta la leyenda que a su muerte se le hizo un gran funeral como último guerrero y cacique maya yokot´an, pero se desconoce el sitio exacto en que fue sepultado.