Cualquier disciplina deportiva requiere que previo a iniciar, realicemos una rutina de calentamiento. Es algo inherente, una práctica que debe efectuarse siempre antes de entrenar.
Una adecuada rutina de calentamiento aportará muchos beneficios, y hará más eficiente nuestros entrenamientos.
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Sin embargo, muchas veces por falta de tiempo, por ansias por comenzar, o simplemente por desconocimiento, no solemos calentar antes de entrenar, lo que podría traducirse en una lesión.
Pero... ¿Qué es el calentamiento?
El calentamiento es una sesión que se realiza antes de realizar actividad física. La mayoría incluirán una combinación de ejercicios cardiovasculares, ejercicios de estiramiento y ejercicios de fuerza.
Los ejercicios cardiovasculares están diseñados para aumentar la circulación, la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca, mientras que el estiramiento calienta los músculos y los prepara para los movimientos que deberán realizar durante la actividad.
Los ejercicios de fuerza explosiva, que pueden incluir ejercicios de sprint o saltos, aumentan suavemente el nivel de intensidad y preparan el cuerpo para los movimientos repentinos en el juego que seguirán; estos ejercicios solo deben hacerse una vez que los músculos estén calientes y así, evitaremos lesiones.
El calentamiento prepara física y mentalmente al cuerpo para el entrenamiento, ya que aumenta la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal y el flujo sanguíneo; reduce el riesgo de una lesión; mejora el equilibrio, la movilidad, la flexibilidad y la estabilidad durante el entrenamiento; tiene una influencia positiva en la postura corporal y en el rendimiento.
La mayoría de las sesiones de calentamiento duran unos 20 minutos, tiempo suficiente para prepararse para la actividad física, y mentalmente, de la práctica que vamos a realizar.
Es vital realizar un calentamiento para prevenir lesiones durante nuestra sesión de ejercicios. Mantener los músculos calientes evitará lesiones agudas como las distensiones de los isquiotibiales, y lesiones por sobreuso al permitir que el cuerpo se prepare de manera constante y segura.
Principales beneficios
De realizarse correctamente, el calentamiento prepara el corazón, los pulmones y los músculos para la fase más agotadora; aumenta la temperatura muscular: los músculos calientes se contraen con más fuerza y se relajan más rápidamente. Esto reduce el riesgo de estirar demasiado el músculo y provocar lesiones. También aumenta la temperatura corporal general, lo que mejora la elasticidad muscular.
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La temperatura de la sangre se incrementa conforme viaja a través de los músculos.
Cuando aumenta la temperatura de la sangre, la unión del oxígeno a la hemoglobina se debilita, de modo que el oxígeno está más disponible para los músculos que trabajan, y así mejora nuestra resistencia.
El rango de movimiento aumenta: esto hace que las articulaciones grandes como hombros y las rodillas, alcancen su máximo potencial de movimiento.
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Cambios hormonales: el cuerpo aumenta la producción de varias hormonas, como el cortisol y la epinefrina, que son responsables de regular la producción de energía.
Oportunidad de prepararse mentalmente: el calentamiento también es un buen momento para prepararse mentalmente para la práctica deportiva despejando la mente. Las imágenes positivas también pueden relajar y aumentar la concentración para una competición.
Así que ya lo sabes… Si vas a entrenar ¡no te olvides de calentar!