El cerebro controla los pensamientos y las emociones a través de respuestas fisiológicas, por ejemplo, los cambios del ritmo cardíaco, la alteración en la respiración, la excesiva sudoración o las pupilas dilatas.
Así mismo, el cerebro se ve afectado por los alimentos que consumimos, las horas que descansamos, las actividades que realizamos y el porcentaje de hidratación que le damos al cuerpo.
Lo anterior recae en las reacciones de nuestro cuerpo, lo que impacta en nuestro estado de ánimo y en el desencadenamiento del pensamiento.
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De acuerdo al artículo publicado en la revista Redalyc "EMOCIONES NEGATIVAS Y SU IMPACTO EN LA SALUD MENTAL Y FÍSICA", el cerebro juega una función importante, ya que este envía señales a las células del cuerpo. Así que si envía señales negativas afectarán el estado emocional y el funcionamiento de nuestros órganos.
El corazón y los intestinos son órganos que trabajan de acuerdo a la estimulación; por lo que el estrés o la ansiedad se ven reflejados en la afectación de estos, generando insomnio, falta de concentración e incluso taquicardia. En algunos casos dolores de espalda y presión alta. Así mismo, algunas investigaciones señalan que posiblemente los trastornos gastrointestinales se deban a la ansiedad, estrés y depresión.
Emociones fuertes, como la ira, la agresividad y el resentimiento, se ven reflejados en malestares del hígado y vesícula biliar. Las personas que se preocupan excesivamente y que comúnmente no pueden controlar la ira o la agresividad, con frecuencia presentan problemas de salud en el hígado o en la vesícula; presentan problema para la digestión de grasas, su piel puede llegar a tomar un tono amarillento, manchas oscuras principalmente en el rostro, problemas de visión e incluso dolor en alguno de los costados de su cuerpo.
Por su parte, las emociones como el miedo, baja autoestima, angustia y la timidez, se relacionan a la vejiga y los riñones. Causando dolor lumbar o infección urinaria, además se ve afectado el rendimiento energético, ya que el metabolismo no funciona de manera adecuada, alterando el proceso de digestión.
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La tristeza y la melancolía igual tiene un papel impactante en nuestros órganos, puesto que estas emociones afectan al pulmón. Como consecuencia se puede presentar dificultad para respirar, falta de apetito y cansancio, así mismo, resfriados e incluso presentar asma.
El cuerpo es impactado por todas las señalas que el cerebro envía, por ello las emociones negativas generan consecuencias en la salud. Aprender a manejar nuestras emociones a base de terapia o cualquier alternativa adecuada es tan importante como acudir al médico.
Aunque es necesario destacar que ante cualquier síntoma de malestar, se debe consultar con un especialista.
No se debe olvidar que el bienestar emocional es base para una vida sana, plena y feliz.