La Secretaría de Salud Federal, a través de su Boletín Epidemiológico correspondiente a la semana 40 de 2020, alertó por la presencia de lepra en 18 entidades, para un acumulado de 89 casos en más de la mitad del país. En el sureste, los estados que registran casos son Chiapas, Yucatán y Quintana Roo. Este problema de salud se suma a la pandemia del Covid-19 que aún continúa activa.
De acuerdo al boletín del total casos, 50 corresponden a personas del sexo masculino, en tanto que 39 son mujeres.
El estado con más casos confirmados es Sinaloa, con un total de 32. Le siguen Michoacán con 15 casos, y Jalisco con 6; lo que ubica a estas entidades en el top de los lugares con más presencia de la lepra.
En tanto, Nayarit suma cinco casos, mientras que Chiapas y Nuevo León tienen 4 casos.
Ante esta situación, la Secretaría de Salud recomienda vigilancia epidemiológica estrecha con revisión cada seis meses, con la intención de identificar de manera oportuna casos nuevos.
Estados donde se registran entre 1 a 3 casos
- Estado de México (1)
- Morelos (1),
- Oaxaca (1)
- Aguascalientes (1)
- Baja California (2)
- Coahuila (2)
- Guanajuato (2)
- Quintana Roo (2)
- Tamaulipas (2)
- Colima (3)
- Guerrero (3)
- Yucatán (3).
¿Qué es la lepra?
La Lepra es una enfermedad crónica infectocontagiosa causada por Mycobacterium leprae, que afecta principalmente piel, nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos y en ocasiones es sistémica.
De acuerdo con la OMS, aunque no es una enfermedad muy contagiosa, se transmite mediante microgotas de secreción que al hablar, toser o estornudar que son expulsadas por el enfermo, y el sujeto sano al inhalarlas es contagiado.
Se manifiesta como manchas o placas claras, rojizas, cobrizas o quistes (bolitas) principalmente; las lesiones se presentan en número y formas variadas, y están asociadas a adormecimiento (anestesia), falta de vello (alopecia) y falta de sudoración (anhidrosis). Su localización más frecuente es en cara, tronco y extremidades.
Otros síntomas incluyen:
- Lesiones en la piel que son más claras o rojizas que el color normal de la piel
- Lesiones que presentan disminución de la sensibilidad al tacto, al calor o al dolor
- Lesiones que no sanan después de algunas semanas o meses
- Debilidad muscular
- Adormecimiento o ausencia de sensibilidad en manos, brazos, pies y piernas