Este 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Obesidad, que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), requiere una atención urgente
Esto debido a que en México, el sobrepeso y la obesidad afectan a más del 75 por ciento de las personas adultas y al 35.6 por ciento de la población infantil de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018-2019.
Te puede interesar: ¿Tienes una enfermedad crónica? Estos son los ejercicios para ti
Estas cifras han llevado a que nuestro país se ubique en primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil y el segundo en adultos, superado solamente por Estados Unidos.
Por ello, esta enfermedad es considerada un problema de salud pública, la cual ha adquirido las proporciones de una epidemia.
Lee más: 5 Bebidas tabasqueñas para mitigar la canícula
De acuerdo con la OMS, 800 millones de personas en el mundo viven con obesidad. Se estima que para el 2030, se alcancen 250 millones de casos, debido al incremento en la obesidad infantil.
Pocas enfermedades han avanzado de forma tan alarmante en la mayoría de los países durante las últimas décadas como ha ocurrido con la obesidad, motivo de preocupación para las autoridades de salud debido a las nefastas consecuencias físicas, psíquicas y sociales.
También lee: La obesidad y sus comorbilidades
De este modo, sobrepeso y obesidad se definen, según la OMS, como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
Sin embargo, no son lo mismo ya que esto depende directamente del Índice de Masa Corporal (IMC) que es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos.
Este indicador se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (Kg/m2).
¿Qué es el sobrepeso?
Es la elevación del peso corporal del individuo por encima de su peso normal en un 10-20%. Respecto al IMC, que corresponde a la relación del peso expresado en kilos y el cuadrado de la altura expresada en metros, todas aquellas personas con un IMC entre 25 y 29,9 Kg/m2 tienen sobrepeso y están en riesgo de desarrollar obesidad. Y, entre ellas, se considera que están en fase estática aquellas que se mantienen en un peso estable con un balance energético neutro (que gastan las mismas kilocalorías que se consumen). Por el contrario, se considera que están en una fase dinámica de aumento de peso, cuando se está incrementando el peso corporal como resultado de un balance energético positivo, es decir, cuando la ingesta calórica es superior al gasto energético.
¿Qué es la obesidad?
Es una enfermedad crónica de alta prevalencia en la mayoría de los países del mundo. Se caracteriza por un mayor contenido de grasa corporal, lo cual, dependiendo de su magnitud, determina riesgos de salud que limitan las expectativas y calidad de vida.
En adultos, la obesidad se clasifica de acuerdo con el Índice de Masa Corporal (IMC), por la buena correlación que presenta este indicador con la grasa corporal y riesgo para la salud a nivel poblacional. La fuerte asociación existente entre la obesidad abdominal y la enfermedad cardiovascular ha permitido la aceptación de indicadores indirectos de grasa abdominal como la medición de circunferencia de la cintura.
Sigue leyendo: Obesidad y el sedentarismo inciden en la aparición del cáncer de próstata
La clasificación actual de la obesidad propuesta por la OMS, basada en el IMC, considera que aquellas personas cuyo IMC sea igual o superior a 30 Kg/m2 padecen obesidad.
Para conocer el IMC de una persona, el peso deseable y el cálculo de las necesidades calóricas que requiere, se puede calcular automáticamente a partir de determinados parámetros como la edad, el peso, la altura, el grado de actividad física y las horas de sueño.
Cuál es la diferencia entre sobrepeso y obesidad
Según la OMS, para diferenciar entre ambos conceptos, el IMC proporciona la medida más útil del sobrepeso y la obesidad en la población, pues es la misma para ambos sexos y para los adultos de todas las edades. Sin embargo, hay que considerarla como un valor aproximado porque puede no corresponderse con el mismo nivel de grosor en diferentes personas.
En el caso de los niños, es necesario tener en cuenta la edad al definir el sobrepeso y la obesidad.
Niños menores de 5 años:
Recogidas las medidas del paciente, es necesario contrastarlas con los patrones de referencia, lo que puede hacerse mediante percentiles o calculando “las puntuaciones z”. Estas puntuaciones se utilizan para poder expresar de manera idónea la medida del niño y poder compararla con las de otros niños de diferente edad y sexo. En este período de edad se utiliza una clasificación adecuada a estos valores.
Niños de 5 a 19 años:
- Sobrepeso: es el IMC para la edad con más de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.
- Obesidad: es mayor que dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS.
¿Cuáles son los factores de riesgo del sobrepeso y obesidad
Los factores ambientales son los que más contribuyen a explicar el incremento de la prevalencia de la obesidad producido en los últimos años, ya que la base genética de la población no puede haberse modificado de forma tan rápida. Algunos estudios, realizados en individuos con diferente IMC y teniendo en cuenta a sus progenitores, hermanos y cónyuges, han estimado que aproximadamente entre el 25% y el 40% de las diferencias interindividuales en el IMC podrían deberse a factores genéticos.
Por otra parte, se ha estimado que los factores ambientales contribuirían en un 60-70% a la aparición de la obesidad. Se han estudiado diversos factores ambientales que, al inducir el aumento de la ingesta energética o la disminución del gasto energético y favorecer así la existencia de un ambiente obesogénico, podrían tener alguna influencia sobre el padecimiento de sobrepeso/obesidad.
Algunos estudios epidemiológicos han identificado circunstancias que en etapas tempranas de la vida pueden predisponer el desarrollo de obesidad en niños como el peso materno (malnutrición), la diabetes gestacional, etc.
De manera general, la alteración en el balance energético que lleva a la obesidad es multifactorial y aparece como resultado de la interacción entre la carga genética del individuo y diversos factores ambientales pero el mecanismo exacto por el que se produce, en la mayoría de los casos, no se conoce bien.
Algunos factores ambientales también relacionados con la obesidad son:
- Factores ambientales precoces: bajo peso neonatal para la edad gestacional, lactancia artificial.
- Factores ambientales en la infancia: obesidad durante la infancia y/o adolescencia.
- Gestación
- Menopausia
- Fármacos: el uso de distintos tipos de fármacos se ha relacionado con la aparición de obesidad. Entre ellos se incluyen fármacos con acción sobre el sistema nervioso central, antidiabéticos, esteroides y anticomiciales.
- El abandono del hábito tabáquico se asocia con un aumento medio de peso de unos 5 kg.
Factores socioeconómicos: el estudio SEEDO´97 estableció que en España la prevalencia de obesidad era más elevada en niveles socioeconómicos bajos y especialmente en mujeres.
Consejos ante el sobrepeso y la obesidad
Para evitar incrementar el IMC y padecer sobrepeso u obesidad, la recomendación más efectiva es seguir una dieta variada y equilibrada, acompañada de ejercicio físico. Siempre deben tomarse medidas y consultar con profesionales médicos para considerar la actuación más adecuada.
En este caso, es conveniente que si tienes algunos de estos dos problemas, acudas con un nutriólogo para una valoración personalizada.