El término salud mental, hace referencia al equilibrio que debe existir entre el estado emocional, cognitivo y conductual de un individuo, para que se relacione armónicamente con su entorno y consigo mismo. En cambio, una enfermedad o trastorno mental, es la alteración del balance físico, psíquico y emocional de una persona, lo que hace que los procesos básicos de su vida diaria se vean afectados negativamente.
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De acuerdo con lo anterior, una persona que padece un trastorno de este tipo, tiene alterados procesos psicológicos básicos como la forma de actuar y conducirse ante circunstancias habituales, la manera en que gestiona sus emociones, la percepción de sí mismo y su entorno; incluso su capacidad de aprendizaje y su lenguaje se pueden ver perjudicados.
De acuerdo a la Secretaría de Salud en el estado, se calcula que el 25% de las personas en el mundo padecen uno o varios trastornos mentales o del comportamiento a lo largo de sus vidas, los cuales se encuentran entre las principales causas de mala salud y discapacidad en todo el mundo.
Según el Informe sobre la salud en el mundo de la OMS, los trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias, constituyen el 13% de la carga mundial de morbimortalidad y el 30% de las enfermedades no mortales (OMS, 2012), siendo la depresión la patología que afecta a mayor número de personas (aproximadamente 350 millones en el mundo).
En América Latina y el Caribe la sufre el 5% de la población adulta y, aunque es una enfermedad tratable, seis de cada diez personas que la padecen, no buscan o no reciben tratamiento. En los últimos años, la emergencia sanitaria vino a impactar de forma significativa en la salud mental, enmarcada en trastornos mentales con alta discapacidad.
En este sentido, la investigación en el área de la salud implica y nos exige mantener una permanente vigilancia sobre los estilos de vida de nuestra población, así como de los procesos y las dinámicas inherentes a los problemas psicosociales y a los distintos trastornos que nos afectan, para así poder realizar investigaciones realmente pertinentes a las necesidades de nuestro medio y entorno inmediato.
Para ello, se han hecho campañas de concientización y prevención, prestando atención al bienestar psicológico y entendiendo que este es necesario para nuestra capacidad colectiva e individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás, ganar el sustento y disfrutar de la vida.
En ese sentido, la Secretaría de Salud del Estado de Tabasco, cuenta con 46 servicios de salud mental, ubicados en Centros de Salud y Hospitales Comunitarios y Generales, además de 42 Servicios de Salud Mental Comunitarios y 5 Servicios de Psiquiatría regionalizados, que atienden a la población Tabasqueña que padece algún trastorno mental o del comportamiento, realizando, además acciones de prevención y promoción de la Salud Mental.
Tan sólo durante el año pasado, un poco más de cuatro mil tabasqueños solicitaron atención por problemas psicosociales, siendo la depresión la principal causa,. Esto de acuerdo a la directora de Salud Psicosocial de la Secretaría de Salud, Susana Vázquez López, quien destacó la importancia de que la población conozca los síntomas de la depresión y otras enfermedades mentales, para que puedan buscar atención médica ante la más mínima alarma.
Asimismo, dijo que la incidencia de la depresión ha aumentado significativamente como resultado de la pandemia del COVID-19. "La principal problemática que tenemos en el estado de Tabasco, y como es en todo el país, es la depresión, es el principal padecimiento que en los últimos años, y después de la pandemia, la población se ha visto más expuesta a esta enfermedad", estableció.
La funcionaria estatal comentó que se están impulsando estrategias para fortalecer la red de apoyo familiar y en las escuelas y comunidad, para que más personas puedan reconocer las señales que apuntan a que alguien necesita ayuda para recuperar su salud mental.
Por otra parte, en la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) del Inegi se reporta que Tabasco ocupa el segundo lugar nacional, con el 20.6 de la población con síntomas de depresión. La población tabasqueña en el país se ubicó sólo por debajo de Guerrero, que tuvo un 20.7 por ciento de deprimidos.
Mientras que por ansiedad, Tabasco ocupó el onceavo lugar nacional con un 53.7 por ciento de la población con esos síntomas. En el Balance anímico, Tabasco ocupó el último lugar a nivel nacional con menos tabasqueños con buen humor, alegres, tranquilos y con vitalidad, el 4.43 por ciento.
Según el estudio, la mayoría de los tabasqueños estuvo de mal humor, preocupados, cansados, aburridos y tristes. De acuerdo con el ENBIARE 2021 del Inegi, el promedio de satisfacción con la vida, los tabasqueños estuvieron entre los últimos cinco estados , con el 8.25 por ciento satisfecho. La Organización Panamericana de la Salud, destaca que la depresión es una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida.
Fuentes: Policíclica Metropolitana; Secretaría de Salud.