La piel de las personas que tienen diabetes es mucho más delicada y requiere de cuidados específicos ya que se pueden presentar algunas afecciones cutáneas, la causa de esto es el mal funcionamiento de los sistemas de defensa, lo cual reduce la capacidad del organismo para responder al ataque de los patógenos.
Esto hace que hongos y bacterias puedan reproducirse de forma más acelerada, además de que la piel tiende a deshidratarse más rápido, generando grietas en la superficie lo que genera más infecciones.
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Entre los síntomas que pueden aparecer están la aparición de manchas rojas, que la cicatrización de heridas sea más complicada, que la piel quede seca y tirante y por supuesto que se formen heridas y costras.
Así mismo, puede darse que la piel se ponga amarillenta, sobre todo en la palma de las manos o en las plantas de los pies, aunque hay momentos en los que pueden endurecerse ciertas zonas o incluso darse la pérdida sensorial.
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¿Cómo cuidar la piel con diabetes?
Lo primero que debes evitar es darte duchas en exceso o muy prolongadas, ya que esto tiende a resecar la piel, Aún así, es necesario que los pies los laven diariamente para poder mantener la piel lo más limpia posible.
Se recomienda usar jabones en gel, ya que los jabones en barra suelen ser muy secos. Busca aquellos desarrollados para piel sensible y que tengan ingredientes naturales.
Por supuesto, no es recomendable que usen productos irritantes en su higiene personal, esto incluye algunos desodorantes o perfumes, evita aquellos que contengan parabenos.
La piel debe de secarse muy bien después del baño, sobre todo en los pliegues, entre los dedos de los pies y en todas las zonas en las que pueden desarrollar hongos. Procura también aplicar crema diario, una que sea específica para el cuidado de la piel con diabetes.
Para ayudar a mantener el pie seco y evitar la humedad, se recomienda usar talco. Lo ideal es colocar el mismo en el interior de los zapatos y no en el pie, para no dejar atrapada la humedad.