Cada vez más investigaciones científicas respaldan la observación de que las temperaturas altas pueden estar provocando un aumento de los resultados adversos para las mujeres embarazadas. Lo cual resulta en un mayor riesgo de mortinato y mayores probabilidades de parto prematuro.
Así mismo, hay estudios que han encontrado que las temperaturas elevadas están asociadas a un mayor número de recién nacidos con un peso inferior, lo que puede dar lugar a complicaciones de salud para el bebé.
Te puede interesar: Cuál es la mejor hora para ponerte una mascarilla facial
Un análisis reciente de 70 estudios realizados en 27 países demostró que por cada grado de aumento de la temperatura, el riesgo de nacimientos prematuros y mortinatos aumenta un 5 por ciento.
Aunque los científicos aún no han identificado los períodos específicos del embarazo en los que el calor extremo supone un mayor riesgo, se ha observado que la exposición al calor agudo puede causar problemas tanto en las primeras como en las últimas etapas del embarazo.
Se sugiere que las mujeres embarazadas pueden correr un alto riesgo de estrés térmico en los días previos al parto, lo que puede aumentar las probabilidades de mortinato o parto prematuro.
Recibe a partir de ahora las noticias más importantes directo a tu WhatsApp
Además, altas temperaturas al comienzo del embarazo pueden aumentar el riesgo de defectos cardíacos, de la médula espinal o del cerebro en el bebé en desarrollo.
La deshidratación, la presión sanguínea elevada y la reducción del flujo sanguíneo hacia el bebé son algunos de los mecanismos propuestos por los científicos para explicar cómo el calor extremo afecta al embarazo.
Es fundamental que los profesionales sanitarios se informen sobre los riesgos del calor extremo durante el embarazo y proporcionen a las mujeres embarazadas recomendaciones y soluciones para minimizar la exposición al calor, como permanecer en el interior y utilizar el aire acondicionado cuando sea posible.