¿Qué pasó en Bavispe? El temblor más fuerte en la historia de Sonora

No muchos se imaginan que uno de los sismos más fuertes de la historia de México sucedió en Sonora hace más de cien años

Daniel Johnson | El Sol de Hermosillo

  · miércoles 21 de septiembre de 2022

Ilustración de una iglesia derrumbándose durante el gran sismo de Bavispe en 1887 / Foto: Cortesía | Twitter @PatrimonioMx

¿Cómo se vería Sonora tras el paso de un terremoto de 8 grados en la escala de Richter? dependiendo de su localización podría verse como una ciudad completamente nivelada hasta sus cimientos por la destrucción de edificios, con efectos que se sentirían en gran parte de México y Estados Unidos.

Aunque un cataclismo de esta magnitud es difícil de imaginar hoy en día (a veces no se hace hasta que sucede), de llegar a ocurrir no sería la primera vez que la entidad se ve sacudida desde las profundidades de la tierra.

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Un día 3 de mayo, pero de 1887, habitantes de Sonora vivieron por varios días una serie de terremotos que en algunas localidades aparentaron ser parte de un evento cuanto menos apocalíptico. Esta es la historia del peor de todos:

Momentos después del mediodía, aproximadamente a las tres de la tarde, la localidad de Bavispe sintió los efectos de un sismo de 8.1 grados en la escala de Richter que se propagaron tan lejos como la Ciudad de México hacia el Sur y los estados de California y Nuevo México al norte, dejando un rastro de destrucción a su paso y cambiando la topografía de la zona para siempre con la violencia de la tierra partiéndose en pedazos sobre sí misma.

Ilustración de una iglesia derrumbándose durante el gran sismo de Bavispe en 1887 / Foto: Cortesía | Twitter @PatrimonioMx

La sacudida inicial, seguida por días de réplicas considerables y varios meses de temblores menores y estallidos de la tierra causaron una destrucción nunca antes vista (y no vista desde entonces) en las comunidades de Bacerac, Huásabas, Bacadehuachi, Nacori, Granados y la actual Villa Hidalgo, conocida entonces como Óputo.

Además de los edificios destruidos, en mayor parte reducidos a ruinas y escombros, también se presentaron pérdidas humanas, hasta 60 en Bavispe, nueve en Óputo y una más en Fronteras, los heridos y damnificados, de los cuales no se sabe el número exacto, podrían considerarse todas aquellas personas que vivían en el área.

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Publicaciones de los días posteriores, tanto nacionales como del extranjero, atribuyeron los temblores al surgimiento y erupción de volcanes a lo largo y ancho de la zona afectada, teoría que sería descartada posteriormente para atribuir el siniestro al movimiento de de las placas tectónicas de la región, que puede representar un importante peligro latente incluso en el día de hoy. Para el 7 de mayo se habían registrado hasta 71 réplicas, causando el desplazamiento de la población de estos pueblos fuera de la Sierra de Sonora.

Aunque muchos abandonaron la zona, quienes se quedaron pudieron ser testigos del terreno moldeandose nuevamente bajo los rigores de las placas tectónicas. De los confines de la tierra aparecieron manantiales de agua salitrosa donde antes todo estaba seco, y viceversa, cuerpos de agua que ya existían llegaron a secarse en minutos.

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La cañada de la Cruz del Diablo nació a partir de este incidente y permanece como parte del paisaje en el área hasta el día de hoy. El cruce de los ríos Sonora y Bavispe cambió de lugar entonces, quedando también en su posición actual debido al efecto del terremoto, también surgieron grietas profundas por todas las áreas afectadas, llevándose algunos edificios consigo.

Además de daños a estructuras, donde muchas quedaron destruidas, los días de terremotos también dejaron victimas mortales / Foto: Cortesía | Twitter @ aabbee23

Como cabe esperar de aquella época, la información corrió rápidamente y en muchas versiones, con publicaciones de periódicos en México y Estados Unidos presentando múltiples versiones de lo ocurrido durante los días siguientes al terremoto inicial y las personas afectadas por la destrucción que creó.

Según escribía el Tombstone Epitaph de Arizona: “Siete volcanes fueron detectados dos días después del terremoto de Óputo (...) La destrucción de propiedades asciende a $30 mil dólares”.

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El Fronterizo, de Tucson, citaba al diario hermosillense “El Combate” en su descripción un Bavispe “completamente destruido”, con hasta 150 víctimas fatales. “En Cumpas se vino abajo el templo y algunas casas. Huasabas fue también casi completamente destruido (...)”. En días posteriores este diario promovió el envío de ayuda a los damnificados.

¿Hay peligro de temblores en Sonora?

Aunque durante los últimos años los temblores no han sido comunes en el Estado, su territorio se encuentra localizado entre dos fallas importantes: la de Bavispe, relacionada con el terremoto de finales del siglo XIX, y la de San Andrés, conocida como una de las más peligrosas. Aunque la mayor parte de esta pasa desapercibida para las personas, Sonora es considerada una zona de alta sismicidad.

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Autoridades e investigadores monitorean constantemente la actividad sísmica en la entidad para alertar de cualquier movimiento que pueda causar afectaciones en la población. En el caso de la falla de Bavispe, al presentar más de 132 años sin actividad sísmica considerable, ésta podría volver a causar un temblor como el de aquel 3 de mayo gracias a la energía acumulada tras años de calma. Solo el tiempo dirá.

Publicado originalmente en El Sol de Hermosillo