La menstruación sigue siendo un tema tabú en muchos sentidos, pues se ha estigmatizado el sangrar como algo malo que no debe ser compartido socialmente. Sin embargo, movimientos feministas han comenzado a promover la renuncia al uso de productos higiénicos para el fluido menstrual lo cual ha generado una gran controversia mundial.
Las personas que defienden esta práctica aseguran que el sangrado puede ser controlado así como se controla la salida de la orina y las heces y solo basta con aprender a hacerlo para regularlo.
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¿Qué es el sangrado libre?
En este caso no sería necesario utilizar copas menstruales, toallas sanitarias, tampones o cualquier dispositivo, ya que las mujeres solo tendrán que ir al baño cuando consideren que es el tiempo adecuado.
Lo que es importante mencionar es que durante la menstruación no hay sangrado permanente, ya que en realidad el útero permanece cerrado y solamente se abre al momento de evacuar el fluido.
Es por eso que quienes defienden esta práctica considera que es necesario enseñar a las mujeres mediante ejercicios y técnicas a controlar sus propios cuerpos y con ello el sangrado.
¿Cómo se realiza el sangrado libre?
Este consiste en adquirir la habilidad de retener el flujo menstrual para posteriormente expulsarlo de forma voluntaria, sin embargo, las mujeres que lo realizan están conscientes que existe la posibilidad de que puedan manchar la ropa y al considerar el sangrado como propio de su cuerpo no lo estigmatizan.
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Por supuesto este control tiene que ser realizado mediante la práctica al aprender a escuchar las señales del cuerpo, entre ellas se encuentra las contracciones del útero. Entre las formas que se recomiendan está la meditación.
Sus practicantes consideran que es necesario sensibilizarse con su propio cuerpo para aprender a escucharlo y así detectar todas las sensaciones, de igual forma se pueden realizar ejercicios kegel los cuales ayudan a controlar la musculatura de la zona pélvica. Cabe señalar que este tipo de ejercicios también ayudan a tener un parto menos doloroso y mejorar la actividad sexual.
De igual forma favorece la salud ginecológica ya que el fortalecimiento del suelo pélvico, mejora el funcionamiento del aparato reproductor femenino y previene otros problemas como la incontinencia urinaria.