En México, los billeteros celebran su día el 18 de diciembre, una fecha de celebración para miles de personas que han encontrado en esta noble actividad no solo un medio de subsistencia, sino también una forma de ganarse la gratitud, y en ocasiones, jugosas regalías, de aquellos afortunados que logran "pegarle al gordo".
“Se trata de un gremio noble, honesto y de tradición, formado por gente valiosa que encontró en la venta de billetes de lotería la oportunidad de llevar el sustento a sus familias y de introducir la suerte a miles de hogares mexicanos”, Carlos Solís Parra, Líder de Alianza de Billeteros de México 1950 A.C
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"Hoy, es para hoy, lleve su lotería" ha sido el inconfundible grito de batalla de los billeteros durante 244 años, mientras recorren calles, bares, restaurantes y cualquier lugar de reunión social donde siempre hay alguien dispuesto a arriesgar unos pesos a cambio de la posibilidad de convertirse en millonario.
Aunque la labor del billetero requiere sacrificio, sus ventas contribuyen significativamente a que muchas personas reciban recursos mediante la beneficencia pública.
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Según la Ley Orgánica de la Lotería Nacional (Lotenal), "el propósito principal de la Lotería Nacional es la obtención de recursos financieros para destinarlos a la asistencia pública, los cuales se obtienen mediante la celebración de sorteos con premios que se pagan en efectivo y están basados en los billetes adquiridos por los participantes".
Historia de la Lotería Nacional
La historia de la Lotería Nacional en México experimentó cambios significativos con el inicio de la guerra de independencia. Durante los primeros años del conflicto, se emitieron reglamentos que prohibían los juegos de azar en todo el país. No obstante, ambos bandos sublevados reconocieron las ganancias económicas que generaban los juegos, lo que llevó al gobierno a organizar dos loterías obligatorias en 1815 para recaudar recursos para el bando realista.
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Después del movimiento independentista, la lotería pasó a manos del gobierno con el nombre de "Lotería del Estado". En 1843, por instrucciones del presidente Nicolás Bravo, se decidió transferir este negocio a la Academia de San Carlos, con el propósito de utilizar las ganancias para satisfacer las necesidades de la institución académica.
Durante el gobierno del emperador Maximiliano de Habsburgo, se prohibieron nuevamente todos los juegos de azar. Sin embargo, durante la presidencia de Porfirio Díaz, la Lotería Nacional alcanzó su máximo esplendor. Díaz vio en este juego una oportunidad para recaudar fondos para el desarrollo del país. En 1887, nombró a Rafael Reyes Spíndola como director de la Lotería Nacional, y con este personaje se introdujeron nuevos billetes de lotería con imágenes coloridas y representativas de la cultura mexicana.
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Con los gobiernos postrevolucionarios, la lotería experimentó varios cambios que beneficiaron su funcionamiento. En 1921, el gobierno de Álvaro Obregón cambió el nombre de la institución a "Lotería Nacional para la Asistencia Pública", y en 1934, el edificio de la lotería se mudó a la colonia Tabacalera.
En la actualidad, la "Lotería Nacional para la Asistencia Pública" es una institución dependiente del gobierno de México, encargada de realizar sorteos cada tercer día o en fechas específicas a lo largo del año.