Por moda, por curiosidad o por vivir una nueva experiencia, muchas personas han optado por dejar de lado la adopción de un perro o un gato, y llevan su elección a un nivel más adelante.
Por ejemplo, tras la película de animación “Rango”, la gente inició la compra de camaleones. Cuando George Clooney salió a pasear con un cerdo vietnamita, muchos preguntaron qué era necesario hacer para tenerlo como mascota. Lo mismo sucedió cuando Paris Hilton se mostraba con un Kinkajou (mono de 50 cm).
Elecciones exóticas
Según los veterinarios, si no es un perro o un gato, y no está destinado para el consumo, cualquier animal que viva en casa se considera dentro del grupo de “mascotas exóticas”. Incluso los más populares conejos, pájaros y lagartijas.
Uno de los principales problemas con las mascotas exóticas es que los dueños los abandonan en algún momento. Ya sea porque se trata de un animal salvaje que muerde o rasguña, o porque aumentó demasiado de tamaño.
Por eso se debe ser muy cauteloso al momento de elegir una mascota. Si tener un gato o un perro tiene sus complicaciones… ¿Cómo no las tendría una serpiente, un hurón o una mofeta?
Para muchos, tener un animal exótico en casa es más bien un hobby. Pero lo que no se tiene en cuenta es que se trata de una vida que requiere cuidados y atención, y que incluso puede ser peligroso para nuestra familia.
Si no estás listo para dar cuidados especiales a un animal poco común, entonces piénsalo dos veces. El abandono de animales exóticos solo incrementa el número de animales que terminan en la calle o en refugios donde ya de por sí la población animal es preocupante.
Además que muchas veces la adquisición de animales exóticos promueven la caza ilegal de especies en peligro de extinción, así como la invasión de reservas naturales que ponen en riesgo el medio ambiente.