No entres en pánico, pero estás perdiendo líquidos constantemente en este mismo momento, mientras lees estas palabras. Aunque no lo creas, no solo es yendo a hacer “del uno” que pierdes agua, tu cuerpo la libera por medio de la respiración.

Sí, la razón por la que puedes empañar un vidrio con tu aliento es que por este medio nos deshacemos del agua en forma de vapor, también tu saliva tiene que venir de algún lado, ¿no? Y aún así muchos nos olvidamos de reponer estos líquidos constantemente.

Si eres de esas personas a las que se les olvida tomar agua a lo largo del día, podrías terminar causándole a tu cuerpo un desequilibrio, y eso puede convertirse lentamente en una deshidratación con todas las de la ley, incluso en esta temporada de frío.

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De acuerdo con el portal médico MedLine Plus, especializado en explicar este tipo de situaciones para educar a las personas en prevención, normalmente nuestro cuerpo puede regular él mismo la cantidad de agua que pierda a partir de cuánta le damos nosotros.

En el caso de un desequilibrio, esta capacidad se ve comprometida cuando no existe suficiente de este recurso para realizar las funciones básicas.

Las causas más comunes son que nosotros no le demos a nuestro cuerpo el agua que necesita, pero también hay medicamentos como los diuréticos, usados para tratar presión arterial, enfermedad hepática o fallas cardiacas, que promueven causar que expulsemos líquidos de más.

Algunas afectaciones a la salud como la diarrea, vómito, hemorragia o fiebre prolongada también pueden orillarse a un desequilibrio de líquidos.

Tratamiento para el desequilibrio de líquidos

Normalmente la deshidratación se trata atendiendo sus causas específicas, pero también es importante realizar la sustitución de líquidos y electrolitos perdidos a la brevedad posible.

En el caso de los bebés y niños, se utiliza una solución oral de agua y sales medidas específicamente para reponer a los pequeños poco a poco.

Los adultos con deshidratación leve o moderada pueden beber agua o sueros, siempre y cuando los síntomas no sean tan severos que requieran atención médica de emergencia.

En ambos casos es preferible la prevención, beber abundante agua y alejarse de jugos de fruta puros o refrescos, estos y otras bebidas azucaradas, así como el alcohol, en realidad empeoran la deshidratación y sus síntomas.

La otra cara de la moneda

Un desequilibrio de líquidos también puede producirse en forma contraria, cuando nuestro cuerpo tiene problemas para deshacerse de los líquidos que le damos.

La retención de líquidos puede ocurrir, por ejemplo, después de una cirugía, cuando nuestro organismo retiene líquidos por varios días y nos produce hinchazón.

También la enfermedad renal impide que el líquido elimine los líquidos innecesarios, la insuficiencia cardiaca puede ser otra causa de que los liquidos se acumulen en órganos como los pulmones o el hígado.

A los primeros signos de hinchazón en el tejido se recomienda acudir directamente a un médico para prevenir daños a la salud.

Publicado originalmente en El Sol de Hermosillo