Al igual que en los humanos, la higiene bucal es fundamental en los perros. Sin embargo, es una de las tareas más olvidadas por los dueños en términos de salud e higiene. Para evitar que el sarro en perros se convierta en un problema grave (como puede ser gingivitis o infecciones), es crucial mantenerlo a raya a través de una limpieza exhaustiva.
¿CÓMO APARECE EL SARRO EN LOS PERROS?
El sarro, una especie de costra amarillenta que puede manifestarse también en forma de manchas en los dientes, consiste sencillamente en la acumulación de restos de comida adheridos al esmalte dental. Se trata de algo que aparece de forma muy progresiva, por eso es recomendable realizar revisiones periódicas para evitar el problema.
El sarro en perros empieza a parecer a partir del primer o segundo año de vida. Aunque resulte difícil de creer, la comida balanceada, precocinada o procesada para ellos, es la principal causa. Pero muchas veces intervienen aspectos relacionados con la propia naturaleza de tu perro.
Por ejemplo, las razas pequeñas tienden a formar más sarro que las grandes, debido a que tienen los dientes más pequeños y pegados. También depende del tipo de acidez de la saliva, y muchos otros factores.
Aunque en principio el sarro en perros resulte algo inofensivo, la realidad es que puede traer algunas complicaciones. Los primeros síntomas son dientes amarillentos, oscurecidos y mal aliento (halitosis).
Con el tiempo, y si no se elimina, se va produciendo poco a poco una inflamación en las encías, que en el caso más grave puede provocar la pérdida de piezas dentales. Asimismo, la acumulación de bacterias puede provocar insuficiencia cardíaca o afectar a otros órganos vitales como el hígado o el riñón.
Es recomendable, por supuesto, el cepillado. Aunque es aconsejable hacerlo cada día, hacerlo tres veces por semana también está bien. Por supuesto, es necesario comprar unos cepillos que sean aptos para ellos y más importante todavía: pasta dentífrica para perros, ya que la nuestra puede ser muy tóxica para ellos. Lo ideal es acostumbrarle desde que es todavía un cachorro y hacerle sentir que es algo bueno y no un castigo. El adiestramiento es fundamental.
Por otro lado, hoy en día existen un montón de complementos para combatir el sarro de nuestros peludos. Siempre es una buena opción dejar que se coman o jueguen con un hueso, chuchería especial antisarro o juguete duro. Masticándolos se van raspando los dientes haciendo que desaparezca.
Si el problema del sarro en perros ya se ha complicado, siempre puedes acudir a tu clínica veterinaria para que te echen una mano. Lo que harán, al igual que hacemos nosotros en el dentista, consiste en una limpieza cuidadosa con instrumental especializado. Se dormirá al perro sin anestesia intensa ya que el ruido podría estresarlos complicando la tarea.
En cualquier caso, es recomendable hacer una limpieza profesional una vez cada año o cada dos para asegurar que todo está bajo control.