La cola es una parte muy importante en el cuerpo de los gatos, gracias a ella consiguen la estabilidad y el equilibrio que les caracteriza. Cuando saltan, por ejemplo, enderezan la cola para equilibrarse y aterrizar de forma segura, y la mueven para dirigir el salto en una determinada dirección.
Pero además, la cola cumple una importante función comunicativa a través de distintas posiciones y movimientos. La levanta y la pone recta para saludar, dobla la punta como si fuera un gancho cuando está contento, la mueve de un lado a otro con rapidez cuando está irritado y suavemente cuando se encuentra en un estado tranquilo y pensativo.
Cuando vemos que la cola se eriza y se hincha, significa que el gato está asustado o enojado por alguna razón. Cuando quiere mostrar sumisión la mantiene baja y si tiene miedo la esconde bajo las patas. Cuando pretenden defenderse de alguna amenaza colocan la cola en forma de interrogación, hacia abajo pero con la punta levantada.
Pero esta es sólo una parte del lenguaje corporal del gato, que engloba muchos otros gestos y movimientos realizados con las orejas y los bigotes, entre otros. No hay que olvidar que también se comunican vocalmente a través de distintos sonidos.