Emociones como los celos, cariño, miedo, hambre, dolor, inseguridad, diversión… son experimentadas por los conejos; a través de su lenguaje corporal y verbal, nos las comunican, sólo hace falta entenderlas.
“SOY UNA PRESA”
Es una especie que actúa como “presa” en su entorno natural. Pasa gran parte del tiempo en estado de alerta (intentando detectar posibles depredadores) y se sienten seguros cuando están bajo tierra, en sus madrigueras; reaccionan de forma rápida y brusca ante cualquier estímulo que perciban como amenazante, huyendo y escondiéndose bajo tierra.
Se mueven en el suelo o muy próximos a él: ser elevados puede significar que son cazados, con el consecuente stress que conlleva para ellos.
A pesar de su carácter doméstico, los conejos que están en casa aún conservan parte de este instinto. Dirigirse a ellos con calma, hablarles suavemente, un entorno tranquilo y proporcionales escondrijos ayudará a que no se sientan amenazados.
INTERACCIÓN CON LOS DEMÁS
En condiciones silvestres viven en colonias, con subgrupos de 2-8 ejemplares donde un macho será el dominante; cuando las crías macho maduran, son expulsados del grupo.
Un conejo se muestra sumiso cuando apoya el cuerpo totalmente contra el suelo (incluida cabeza), recogiendo la patas por debajo de ésta y escondiendo las orejas. También se pueden ver acicalándose mutuamente, como muestra de afecto o aceptación, y en actitud de juego.
Preferiblemente, pues, en casa deberían mantenerse en parejas (o grupos). Si piensas en tener dos conejos en casa, ¿cuál sería la mejor elección para disminuir el riesgo de agresión entre ambos…?: macho y hembra, los dos esterilizados. Se desaconseja tener parejas de machos o de hembras no castrados, pues es muy posible tener problemas de agresividad.
CICLO DE ACTIVIDAD
Es una especie crepuscular: están más activos al amanecer y anochecer.
El resto del tiempo descansarán, adoptando posturas de relajación tales como: estirarse completamente de costado, apoyando el vientre o sobre el esternón con los ojos totalmente abiertos, párpados /bigotes con cierto movimiento. Si conviven con otros, suelen agruparse.
De cara a respetar este ciclo natural, concentraremos nuestras atenciones y proporcionaremos el alimento en los momentos del día con mayor actividad.
MARCAJE TERRITORIAL NATURAL:
Es natural, han de hacerlo y se les debe permitir (en cierta medida).
Utilizan zonas específicas de su cuerpo para eliminar sustancias odoríferas y así marcar el territorio, sea sobre lugares/objetos u otros animales (¡y personas!). Nosotros no percibiremos ese olor, ¡tranquilos!
- Glándulas submandibulares, localizadas en la barbilla: frotan el mentón.
- Glándulas anales, impregnando las heces a su salida: defecan.
- Glándulas inguinales: localizadas en los pliegues que hay en ambos lados de la zona ano genital, eliminan una sustancia que tiende acumularse y adoptar un aspecto de costra marronácea.
El tamaño de las glándulas y la intensidad del marcaje depende de:
- El estado hormonal (“andrógeno dependiente”), es decir, de la actividad sexual del conejo.
- El sexo: los machos marcan más que las hembras, aunque ellas también lo hacen.
- Nivel jerárquico: en el dominante será más marcado.
LENGUAJE VERBAL:
Si bien suele ser una especie silenciosa, en ocasiones se podrá escuchar:
- Ronroneo: cuando están relajados, sonido suave producido por el chasqueo de los dientes.
- Gruñido: como parte del cortejo o para llamar la atención.
- Chillido agudo: miedo extremo.
- Rechinar dientes: dolor (si se presenta con lomo arqueado y apatía).
- Sibilancia: sonido nasal intermitente que puede darse cuando interactúan con nosotros.
- Gemido: cuando no quieren ser cogidos, más marcado en gestantes o pseudogestantes.
- Golpear con patas traseras: llamada de atención, señal de alarma o incomodidad.
DESTRUCCIÓN DEL ENTORNO
¡No es un problema, es una manifestación de conducta natural!
El conejo debe tener zonas, juguetes y objetos para poder desarrollarla.