Caminar con tu compañero canino es una de las mejores cosas que puedes hacer por el bienestar físico y emocional de tu amigo peludo. También puede fortalecer el vínculo que comparten.
Revisa los siguientes collares para asegurarte de que tu perro no esté siendo lastimado:
DE ESTRANGULAMIENTO
Estos collares pueden ser extremadamente peligrosos para los perros. Su uso ha sido asociado con:
- latigazos
- desmayos
- lesiones de la médula espinal
- parálisis
- aplastamiento de la tráquea
- asfixia parcial o completa
- aplastamiento o fractura de los huesos en la laringe
- dislocación de las vértebras en el cuello
- hematomas en el esófago
- daño a la piel y los tejidos del cuello
- ojos prolapsados
- daño cerebral
También pueden tener consecuencias sicológicas. ¡Imagina como si algo te estuviera asfixiando! Tú también te asustarías o te volverías agresivo.
CON CLAVIJAS O «DIENTES»
Las dolorosas protuberancias de metal en los collares con clavijas o «dientes» punzan la piel alrededor de los cuellos de los perros cuando ellos halan, y pueden rasguñar o perforar su piel. Con el tiempo, esto puede causar que los perros desarrollen tejido de cicatriz (en el que no hay sensibilidad) y aumenten la tolerancia a las punzadas. Debido a esto, continúan halando, haciendo que las caminadas sean aún más difíciles. Al igual que con los collares de estrangulamiento, los perros pueden interpretar el apriete del collar con clavijas alrededor de su cuello como un estrangulamiento y se pueden volver miedosos o incluso agresivos.
DE HEBILLA SENCILLO
Usar un collar para sostener la identificación y la licencia de un perro es una buena idea. Arrastrar a tu amigo peludo por el cuello es una mala idea. Ser amarrado por el cuello, incluso con un collar de hebilla sencillo, puede ser doloroso para los perros que halan o embisten, especialmente si el guardián tira de la correa. Los collares pueden poner presión en la tráquea, la médula espinal, los discos vertebrales, el esófago, etc., y deben ser evitados.
LA FORMA CORRECTA
Cuando se trata de la seguridad y la comodidad, usar un arnés siempre es la mejor forma de sacar a caminar a un perro. No solo alivia la presión en el cuello, también hace que sea más fácil halar a los perros para alejarlos del peligro si se meten en problemas.