En un principio en el cuidado de conejos bebés no tendrían por qué plantearse grandes complicaciones, ya que las madres conejas suelen ser bastante cuidadosas con sus crías. En condiciones normales, bastará con dar cuidados lógicos a la familia, pero también puede ocurrir que la madre los rechace y tengas que alimentarlos tú de otra manera.
PRIMERO, CUIDAR A MAMÁ
Si tienes una coneja embarazada, debes saber que el embarazo en estos animales dura entre 20 y 30 días. Si el embarazo ya pasó de ese tiempo, acude al veterinario, podrían estar muertos los conejos.
Es muy importante cuidar mucho la alimentación de una coneja gestante, hay que mantenerla sana y bien alimentada para que las crías se puedan desarrollar de la forma correcta y nacer fuertes y saludables. Para conseguirlo, no alimentes a tu coneja sólo con pellets, dale también frutas y vegetales variados y bien frescos. Además, procura que se mantenga siempre bien hidratada.
Aun teniendo todo el cuidado del mundo, es posible que surjan algunas complicaciones. Las más frecuentes son:
- Toxemia: provocada por una alimentación inadecuada, produce malestar, debilidad e incluso convulsiones en la coneja, pudiendo incluso llegar a ser mortal.
- Mastitis: hinchazón excesivo de las mamas e infección.
- Rechazo de las crías: en ocasiones las madres pueden incluso comerse a sus bebés. Para evitarlo, procura que las condiciones del nido sean las más adecuadas y permanece atento a su comportamiento.
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PREPARA EL NIDO
Los pequeños necesitarán un nido calentito y cómodo. La coneja sabrá prepararlo ella misma, pero tendrás que darle los materiales necesarios:
- Una caja de cartón hará las veces de madriguera
- Papel de periódico para el fondo. Otra opción son las toallas, pero se ensuciarán pronto, es más recomendable el papel por ser más fácil de desechar y cambiar para mantener una buena higiene.
- Heno
- Fibra de coco
Además, es posible que la madre utilice su propio pelo para hacer más mullido el lecho.
Coloca el nido en un lugar alejado de luces intensas y de corrientes y temperaturas desagradables. Durante los primeros días, los conejos serán realmente frágiles y vulnerables, ¡procura no manipularlos!
PREPARA EL PARTO
En un parto pueden nacer entre 1 y 6 gazapos o conejitos. Lo mejor es que cuando creas que el parto se va a producir, dejes un poco de comida y agua fresca a tu coneja y la dejes tranquila. Después de un rato, cuando creas que ya han nacido todos, puedes acudir a ver cómo ha ido; si ha nacido algún conejo muerto, retíralo del nido sin manipular a los otros bebés ni a su madre.
Pasadas 12 o 24 horas, puedes vigilar cómo va todo, si su madre los está cuidando y alimentando bien. ¡Pero recuerda! No agobies ni a la madre ni a los conejos recién nacidos, son muy frágiles y el estrés podría matarlos. Los gazapos nacen sin pelo, ciegos y sordos por completo.
SI LA MADRE RECHAZA A LAS CRÍAS
¿Has detectado que tu coneja no alimenta a sus bebés? Esto no suele ocurrir, pero es una posibilidad y en ese caso tendrás que alimentarlos de otra manera.
Necesitas un biberón muy pequeño, puedes usar uno para gatos recién nacidos. Tendrás que coger a los conejos con mucho cuidado y dejar que ellos mismos chupen, ¡no fuerces! La temperatura ideal de la leche es alrededor de 39º.
Si te has decidido a cuidar de los conejos, es muy importante que pidas consejo y seguimiento al veterinario. Te dirá cuáles son las dosis de leche más adecuadas y la frecuencia con la que se la debes dar. Además, ¡nunca debe ser leche de vaca! Utiliza de gatitos o especial para conejos. No olvides seguir siempre sus indicaciones, nadie mejor que el veterinario sabe qué hacer.