Este factor de conversión, de que cada año de vida de un perro representa siete humanos, proviene de dividir la esperanza de vida humana, que es de alrededor 77 años, entre la esperanza de vida canina (cerca de 11).
La suposición es que cada año que vive un perro es equivalente a 7 años humanos. Pero una nueva investigación sugiere que las cosas no son tan simples.
Y si observamos algunos hitos básicos del desarrollo, se nos hace claro el por qué.
Por ejemplo, la mayoría de las razas caninas alcanzan la madurez sexual entre los 6 y los 12 meses; el extremo superior de ese rango corresponde, según la conversión tradicional, a una edad humana de 7 años.
Y en el otro extremo del espectro, aunque inusual, se sabe que algunos perros viven por más de 20 años. Bajo la regla de conversión que se suele utilizar, esto equivaldría a 140 años humanos.
Para complicar aún más las cosas, la esperanza de vida de los perros depende significativamente de la raza. Los perros más pequeños suelen vivir significativamente más tiempo, lo que sugiere que envejecen más lentamente que los perros más grandes.
1 AÑO HUMANO CORRESPONDE A 31 CANINOS
Un atajo útil puede ser recordar que el primer año del perro equivale a 31 años humanos. Luego, cada vez que la edad cronológica del perro se duplica, el número de años humanos equivalentes aumenta en 11.
Por lo tanto, ocho años representan tres "duplicaciones" (de uno a dos, de dos a cuatro y luego de cuatro a ocho) dándole al perro una edad equivalente a 64 (eso es 31 + 3x11).
La mayoría de los amantes de los perros ya habrán sospechado que la relación de edad entre humanos y perros no es lineal, habiendo notado que, inicialmente, sus mascotas maduran mucho más rápido de lo que sugiere la regla de los siete años.
Un refinamiento más sofisticado de la regla de los siete años ha sugerido que cada uno de los primeros dos años del perro corresponde a 12 años humanos, mientras que todos los años posteriores cuentan para cuatro equivalentes humanos.
En la práctica, los nuevos conocimientos moleculares sobre la conversión de la edad de un humano a la de un perro de la ley logarítmica sugieren que los perros se mueven a una edad intermedia incluso más rápido de lo que la mayoría de sus dueños sospechaba que podían.
Y vale la pena tener en cuenta que cuando descubras que tu mascota ya no persigue la pelota como lo hacía antes, es que probablemente tenga más edad de la que creías.