Estas diminutas arañas se asemejan a puntitos blanquecinos o de color café que apenas alcanzan los 0,5 mm. Sin embargo, si tu gato es tranquilo podrás observar cómo se mueven en el interior de su oído. Se alimentan de la cera acumulada en el canal auditivo de tu minino.
Los gatos son más proclives que los perros a padecer su infestación y dentro de los gatos los de pelo largo y poca edad constituyen el principal grupo de riesgo.
Podríamos decir que los ácaros en gatos de corta edad son equiparables a los piojos en los niños. Pese a existir más de 50.000 variedades, los otodectes cynotis son los más persistentes en los gatos.
Más del 90 % de las otitis en gatos se deben a esta tipología de ácaro. En el 10 % restante destacan el notoedres cati, responsable de la sarna felina, el demodex gatoi o la cheyletiella.
Su ciclo de vida dura 3 semanas. A los 4 días los huevos eclosionan y a los 21 la larva pasa a convertirse en adulto y, por tanto, está ya preparado para la reproducción.
Su saliva causa irritación y prurito en el oído del gato desencadenando una infección al hipersecretar las glándulas auditivas. Si la infestación es severa los ácaros pueden propagarse a la cabeza, a la cara y a la punta de la cola, por su costumbre de dormir enroscados.
Recuerda que los oídos de tu gato deben ser de color rosa y sin secreción alguna. Si la infestación no es tratada puede originar la obstrucción completa del canal auditivo por la estenosis o engrosamiento de las paredes.
¿Cómo saber si mi gato tiene ácaros?
Entre los síntomas que deben alarmarte sobre la presencia de ácaros cabe nombrar los que siguen:
- Es visible un cerumen oscuro y/o inflamación en el oído. Se trata de la sangre reseca y coagulada, resultado de la rotura de los vasos capilares del cartílago auricular.
- Tu gato está inquieto y no deja de sacudir su cabeza porque le pica el oído.
- Se aprecian heridas o costras detrás de las orejas, en las mejillas, en la zona superior de los ojos o en el cuello.
- Tu minino ladea la cabeza. Este síntoma indica que le duele.
- El oído despide un olor desagradable.
- El gato se rasca mucho, con intensidad, incluso provocando heridas.
En los casos más severos, cuando la infestación es duradera puede solaparse con una infección secundaria por hongos o bacterias que precisará antifúngicos o antibióticos, al margen de los acaricidas.
Debes saber que el contagio a humanos es bastante improbable. Deberíamos hallarnos ante un síndrome de Noé con un fuerte hacinamiento de gatos infestados. El contagio por contacto con objetos también es poco probable.
Tratamiento para gatos con infección por ácaros
El procedimiento curativo debe fulminar los ácaros al tiempo que persigue la regeneración del epitelio. Cabe señalar que primero deberás limpiar los oídos para deshacerte del exudado y facilitar así la acción del antiparasitario.
Tanto la limpieza como la administración del acaricida deben realizarse a la vez. Tu veterinario te indicará el limpiador más adecuado, que deberás aplicar 2 veces al día, así como el acaricida idóneo.
El limpiador suele ser una solución oleosa que mata al ácaro ahogándolo. En cuanto al acaricida suele optarse por pipetas de selamectina, también efectivas contra los gusanos del corazón y otros parásitos externos, o por un gel a base de ivermectina. A su vez, el veterinario deberá mostrarte cómo administrarlo y con qué frecuencia.
Una vez terminado el tratamiento deberás repetirlo al cabo de 3 semanas para asegurar su plena efectividad. Ya que así nos aseguraremos que eliminar por completo el ciclo de vida del ácaro (desde el huevo hasta el adulto).
Si tu gato está infestado y tienes perro no dudes en aplicarle un tratamiento preventivo. Recuerda proteger la zona en la que vayas a aplicar el tratamiento con un toalla y masajear el oído para favorecer la penetración.