Los gatos, los tigres, en resumidas cuentas la familia de los felinos, no son capaces de detectar el sabor dulce de los alimentos debido a una mutación genética que inutiliza los detectores del azúcar en las papilas gustativas. Este ha sido el informe de un grupo de científicos estadounidenses y que fue publicado hace unos meses en la revista Public Library of Science Genetics.
Quien tenga un gato en su casa podrá constatar la impasibilidad que el minino presenta ante algunos dulces, aunque hay que discernir un hecho, si el dulce en cuestión presenta algún tipo de grasa como la mantequilla o la gelatina, el gato no permanecerá tan impasible, pero no movido por el azúcar, sino por las grasas.
Esta situación se repite en todos los felinos, los científicos creen que la mutación de este gen se dio en un antepasado común de todos los felinos, la verdad es que esto es obvio. ¿Y qué sentido tiene dicha mutación?, la respuesta es que estos animales dependen completamente de la carne para alimentarse y no necesitan detectar el sabor dulce a diferencia de los humanos, donde la alimentación es muy variada necesitando, frutas y fécula y por esta razón es necesario que se pueda detectar el sabor dulce.
Ahora los científicos tratarán de descubrir, en cuanto a los gatos se refiere, si se convirtieron en carnívoros por no poder paladear el azúcar o fue su conducta carnívora la que causó la mutación.