Uno de los momentos críticos en los que el consumo de marihuana puede tener graves consecuencias es durante el embarazo. Se ha demostrado que el principal componente activo de la marihuana, el THC, atraviesa la barrera placentaria y puede dañar al feto.

Dependiendo del momento de la exposición, esto puede llevar a una disminución de los niveles de testosterona fetal, retraso en el crecimiento físico y daño teratogénico al encéfalo, lo que afecta el desarrollo neurológico del niño.

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El consumo de marihuana durante la adolescencia puede ser especialmente perjudicial debido a la maduración continua del sistema nervioso central (SNC).

La evidencia científica ha demostrado que el inicio temprano del consumo de marihuana aumenta la probabilidad de dañar regiones específicas del cerebro. Esto puede llevar a problemas neuropsicológicos persistentes incluso después de que se suspenda el consumo, como depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y problemas en la memoria

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Si bien se han documentado efectos perjudiciales del consumo de marihuana en situaciones específicas, es esencial tener en cuenta que la marihuana también se ha estudiado por sus posibles beneficios terapéuticos en ciertos contextos médicos.

Sin embargo, es crucial abordar y entender los riesgos y las consideraciones importantes, especialmente cuando se trata de poblaciones vulnerables como adolescentes y mujeres embarazadas.