¿Llorar de noche ayuda a bajar de peso? Según la ciencia, es posible. Un estudio realizado por el centro médico St. Paul-Ramsey, de Estados Unidos, reveló que llorar de noche puede ayudar a quemar calorías y perder peso.
Según los investigadores, llorar de noche puede quemar 1.3 calorías por minuto, activar los músculos abdominales y elevar el ritmo cardíaco, lo que ayuda a reducir la grasa de los tejidos. Además, la liberación de emociones negativas mediante las lágrimas promueve un estado de ánimo estable y evita los antojos inoportunos y emocionales.
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Pero, ¿por qué llorar de noche ayuda a bajar de peso? La explicación radica en el horario en el que las personas están más abiertas a perder lágrimas, que se da entre las 19:00 y las 22:00 horas. En este periodo, la mayoría de las personas está en su hogar y se siente más cómoda para soltar el llanto, lo que facilita la conciliación del sueño. Al dormir bien, se acelera el metabolismo, lo que ayuda en el proceso de pérdida de peso.
Además, el llanto colabora en la relajación y mantiene los ojos hidratados y saludables, gracias a las propiedades antimicrobianas de las lágrimas. Sin embargo, es importante destacar que el acto de llorar de noche no debe ser visto como una forma de perder peso rápida y fácilmente. La liberación emocional es un proceso que lleva su tiempo y es importante abordar las emociones que llevan a llorar para poder procesarlas y superarlas de forma saludable.
Por otro lado, es fundamental tener en cuenta que la comida no debe ser vista como una forma de escape de los sentimientos negativos. Según un estudio de la University College de Londres, el comportamiento de recurrir a la comida como consuelo puede tener su origen en la infancia, cuando los padres suelen dar golosinas a los niños para calmarlos y consolarlos.
En resumen, llorar de noche puede ayudar a quemar calorías y perder peso, pero no es una solución rápida y fácil. Es importante abordar las emociones que llevan al llanto de forma saludable y no recurrir a la comida como forma de escape emocional.
Publicado originalmente en El Sol de La Laguna