La siguiente historia forma parte de la tradición oral del estado de Tabasco, bien puede tratarse de una pieza de ficción o pertenecer al imaginario popular. Algunos de los relatos que aquí publicamos son dados por verdaderos entre quienes afirman haberlos vivido, sin embargo, en la presente sección simplemente difundimos estos contenidos para que nuestros queridos lectores pasen un rato entretenido.
Una piedra con forma de cabeza humana recorría los caminos de Tacotalpa, cuando aún la electricidad no había llegado al municipio; como en muchas de historias de este tipo, el tiempo es impreciso y sólo el que escucha se puede imaginar cuándo sucedió.
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En las noches de luna nueva, el objeto se podía ver envuelto en llamas bajando al pueblo, por momentos parecía una piedra, pero en otros se podía ver rostro; la imagen era impactante y terrorífica.
A quienes por mala suerte les agarraba la noche en la época en que se aparecía este ente trataban de esconderse, ya que sabían que, si se topaban con él, un castigo terrible les ocurriría. Algunos tuvieron suerte y la libraron, pero otros, terminaban encontrando al demoniaco ser.
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Una luminosidad en la noche se veía a la distancia cuando bajaba la piedra cubierta con grandes lenguas de fuego, era tan intensa que algunos aseguraban que se escuchaba como si un ser viviente hablara.
En el silencio de la oscuridad se podía oír el paso de la piedra que, convertida en cabeza, no se sabe bien como era su rostro, pero todos le tenían miedo. Decían que bajaba a las comunidades en busca de almas para llevarlas al infierno.
Algunos lugareños comentaban que la piedra había sido la causante de la muerte de muchas personas; no se precisa cómo, pero les quitaba la vida. Aunque se cree que las quemaba y así, entre la agonía de las llamas devorando la carne, se extinguía el individuo.
Se dice que con la llegada de la modernidad, esta aparición dejó de rondar los poblados, como si la luminosidad de las calles y el movimiento de los nuevos tiempos la hubieron ahuyentando.