Problemas mentales como la ansiedad, la esquizofrenia, el autismo, trastorno bipolar, entre otros presentarían algo en común, la interrupción del ritmo circadiano y los problemas para dormir y el sueño.
Investigadores de la Universidad de California en Irvine buscaron la relación entre las personas que tienen problemas para dormir y la posibilidad de presentar problemas de salud mental.
La interrupción del ritmo circadiano es un factor psicopatológico compartido por una amplia gama de enfermedades mentales. El ritmo circadiano son oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares de tiempo y todos los organismos muestran algún tipo de variación rítmica fisiológica como en los humanos es el dormir.
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Problemas del sueño y los trastornos mentales
Dentro de los humanos el ritmo circadiano regula las rutinas diarias como el dormir, despertar, la actividad hormonal, comer, digerir y la temperatura corporal. Dentro de las interrupciones en el sueño si se presentan a una edad temprana de la vida puede afectar al desarrollo neurológico y promover los trastornos de salud mental al envejecer.
“Los ritmos circadianos juegan un papel fundamental en todos los sistemas biológicos en todas las escalas, desde las moléculas hasta las poblaciones”, comentó Pierre Baldi, profesor de ciencias de la computación de la Universidad de California en Irvine y uno de los autores principales del estudio. “Nuestro análisis encontró que la interrupción del ritmo circadiano es un factor que se superpone ampliamente a todo el espectro de trastornos de salud mental”.
La interrupción del ritmo es un factor subyacente común que une los trastornos de salud mental en sus contextos de edad y sexo. Estos ciclos influyen cuando normalmente se necesita dormir y cuando se está despierto.
Su funcionamiento eficaz y sin interrupciones de este sistema de cronometraje natural es necesario para la supervivencia de todos los organismos vivos. Estos ritmos también son intrínsecamente sensibles a las señales de la luz y oscuridad, además de que su interrupción depende del sexo y cambia durante el crecimiento con la edad.
Factores como el estrés o problemas de salud mental suelen afectar el sueño y vigilia. En las personas esto no se ve de manera similar debido a que depende de la preferencia biológica, limitaciones laborales, sociales e incluso en el cambio de zona horaria.
“Un tema interesante que exploramos es la interacción de los ritmos circadianos y los trastornos mentales con el sexo”, indicó Pierre Baldi. “Por ejemplo, el síndrome de Tourette está presente principalmente en los hombres y la enfermedad de Alzheimer es más común en las mujeres en una proporción de aproximadamente dos tercios a un tercio”.
¿Qué espera seguir con el estudio?
Al realizar el estudio por medio de revisión de literatura, los investigadores señalaron que en estudios futuros se puede encontrar si las modificaciones en el ritmo pueden presentarse a nivel molecular.
Además, esto podría ayudar en las terapias para los trastornos mentales en el futuro. Por medio de experimentos se busca estudiar cómo funciona respecto a la edad, sexo y en las áreas del cerebro que se ven afectadas durante la progresión de la enfermedad.
“El signo revelador de la interrupción del ritmo circadiano, un problema con el sueño, estaba presente en cada trastorno”, comentó la también autora principal Amal Alachkar, neurocientífica y profesora. “Si bien nuestro enfoque se centró en afectaciones ampliamente conocidas como el autismo, el TDAH y el trastorno bipolar, argumentamos que la hipótesis del factor de psicopatología del ritmo se puede generalizar a otros problemas de salud mental, como el trastorno obsesivo-compulsivo, la anorexia nervisa, la bulimia nerviosa, la adicción a la comida y la enfermedad de Parkinson”.
Publicado originalmente en El Sol de Puebla