Ikaria, la isla que podría tener el secreto de la juventud; ¿en qué país está oculta?

La juventud es unos de los tesoros que millones de personas buscan alrededor del mundo; sin embargo, científicos habrían encontrado la fuente de la longevidad en una misteriosa isla que pasó desapercibida por años.

Ikaria tiene alrededor de 10 mil habitantes y su población está entre la más longeva de Europa occidental y de otras partes del planeta, así lo reveló un estudio de la Universidad de Atenas en 2013.

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¿Dónde se situa Ikaria?

Situada a 19 kilómetros de Samos, la isla griega es un municipio que forma parte de la unidad periférica de Ikaria.

Los lugareños tienen una expectativa de vida de más años que el resto de los países europeos. Por otra parte, Investigaciones reconocen que las personas gozan de efectos benéficos.

“Ikaria nos ha dado la oportunidad de estudiar porqué estas personas gozan de estos efectos benéficos”, indica Christina Chrysohoou, cardióloga de la institución educativa.

“No podemos evitar estas enfermedades”, señala la experta, pero añade: “Los habitantes han logrado conservar la calidad de su vida durante muchos años. La edad promedio de las enfermedades cardiovasculares es entre 50 y 60 años. En Ikaria estas surgen 10 años más tarde”.

¿Cuál es el origen del nombre de Ikaria?

El nombre de la isla tiene su origen en el mito de Ícaro, que de acuerdo al relato griego cayó al mar cerca de este lugar cuando se derritieron sus alas de cera.

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Según la mitología Dédalo fue la que le puso el nombre a esta porción del planeta por su hijo muerto. Mientras que datos históricos indican que en 1521 pasaron a ser parte del Imperio Otomano hasta 1912 cuando sus habitantes lograron su independencia al expulsar a los turcos.

¿Cómo es la vida en Ikaria?

“Acá todos tenemos amigos, nos juntamos a tomar café frío y té todos los días y organizamos fiestas, no hay lugar para el aburrimiento”, menciona Eusthatia, de 83 años y que atiende la verdulería del lugar.

Además, los ikarianos no se guían por horarios fijos, es decir, no usan reloj, se acuestan y duermen tarde, toman siesta todos los días. De ahí que los comercios no abran tan temprano.

“No abro hasta las 11 de la mañana porque aun tengo que desayunar, y si abriera tampoco tendría clientes”, menciona la empleada de un restaurante.

Cabe señalar que los estudios realizados encontraron que los habitantes del lugar consumen una gran cantidad de patatas.