Si quieres tener un jardín lleno de flores o plantas en buen estado, sobre todo aquellas que están en macetas, debes tomar en cuenta que el riego es un factor sumamente importante, el cuál se suma al suelo, el abono y el uso de fertilizantes.
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Aunque parezca que el riego consiste solo en echarle agua a las plantas, la realidad es que es un proceso que debe llevarse a cabo de forma correcta para no ahogar a la planta. Existen diferentes métodos de riego, entre ellos está el riego por inmersión, el cual consiste en sumergir la maceta en agua para que la planta absorba el líquido por sus raíces, este método es ideal para orquídeas o plantas que no soportan la humedad en hojas y tallos.
De igual forma está el riego tradicional con vaso o regadera, el cuál puedes hacer con cualquier recipiente, aunque por supuesto este también tiene su truco ya que si lo haces de forma incorrecta puedes dañar las hojas, además de que si el agua tiene mucho contenido de cloro o cal puede estropear las hojas, por lo que se recomienda usar agua de lluvia.
En caso de que esto no sea posible conviene evitar que toque las hojas, sobre todo si hay sol intenso en ese momento del día. Aunque debes tomar en cuenta que existen plantas que requieren agua sobre las hojas, ya que tienen altos requerimientos de humedad, en ellas es conveniente utilizar un pulverizador.
Otra forma de regar tus plantas es utilizando un plato, es un riego similar al de inmersión, con la diferencia que la cantidad de agua que recibe la planta es menor. Esta técnica consiste en poner la maceta encima de un plato con agua hasta que la planta absorba el líquido. Por supuesto, es necesario que la maceta contenga agujeros abajo para que pueda absorber el agua.
Este método es perfecto para el verano, aunque no se recomienda para plantas como la zalea, la afelandra, las begonias o la violeta africana.
Finalmente otra forma de regar es por goteo, ya que te permite ahorrar el agua y mantener un nivel de humedad constante, sobre todo en aquellas plantas que vienen de entornos tropicales y húmedos.