La siguiente historia forma parte de la tradición oral del estado de Tabasco, bien puede tratarse de una pieza de ficción o pertenecer al imaginario popular. Algunos de los relatos que aquí publicamos son dados por verdaderos entre quienes afirman haberlos vivido, sin embargo, en la presente sección simplemente difundimos estos contenidos para que nuestros queridos lectores pasen un rato entretenido.
Un espíritu en forma de mujer seduce a los hombres y con su amor infernal les quita la vida, así tiene que ser por un pacto que hizo con entes malignos. El relato señala que todo comenzó en un pueblo de Tabasco, en el que habitada otra joven: Xtabay. Pese a que las dos eran hermosas, sus sentimientos las diferenciaban.
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Xtabay
La primera, fría, orgullosa, dura de corazón y despreciaba a los pobres; en cambio, la bondad y solidaridad a los enfermos distinguía a la segunda, quien, además, la pasión la envolvía, a tal grado que exhibía su cuerpo y belleza a cuanto hombre se lo solicitara, por lo que el pueblo la despreciaba.
Un día la muchacha desapareció, la gente ya no la vio más, pasó el tiempo, de pronto, se comenzó a sentir un aroma agradable en la comunidad. Los habitantes comenzaron a seguir el rastro, el cual los llevó hasta la casa de Xtabay, a quien encontraron en descanso eterno.
Utz-Colel que estaba entre el grupo que hizo el hallazgo, se negó a creer que del cuerpo de la fallecida saliera un olor a flores; pues un cadáver sólo emana podredumbre y pestilencia, pensó.
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A sus ideas agregó: eso debe ser cosa mala, la chica desde el más allá sigue provocando a los hombres… así continuó y una de sus reflexiones se fijó en su cabeza: Si de ese bulto de carne y hueso salía algo así, de ella, el día de su deceso saldría una fragancia incomparable. En realidad la difunta no era apreciada en la comunidad y pocos fueron a enterrarla; más por lastima que por gusto. Al día siguiente, su tumba amaneció cubierta de flores hermosas y delicado perfume.
Fallece Utz-Colel
Los años pasaron -no se sabe cuantos-, le llegó su turno a Utz-Colel, a sus entierro fue todo el pueblo, pero quedaron asombrados, de su lugar de reposo emanaba un hedor insoportable, ni el montón de tierra sobre el cuerpo era suficiente para extinguir la pestilencia.
Tan diferentes en vida, así fueron en la muerte. Donde descansaban los restos de Xtabay, una flor surgió, que después creció en los caminos para perfumarlos, deleitando a todo aquel que iba por diferentes veredas. Caso contrario en la tumba de Utz-Colel, de la superficie donde se encontraban sus huesos brotó un cactus enlazado con una flor hermosa, pero que tenía un tufo, causando náuseas y vomito a quien lo sentía, además, si la tocaban corrían el riesgo de espinarse.
Castigo eterno
Desde la dimensión de las almas, a la que en vida fue hermosa pero de malos sentimientos, se le ocurrió que su error había sido no amar como la otra. Llegó a la conclusión que si se entregaba a cualquiera podría correr la misma suerte.
Ayudada por espíritus malignos regresó al mundo para enamorar a los hombres, sin embargo, su forma de amar era corrompida, al igual que su corazón. Como un castigo eterno atrae a los individuos, los seduce y en el frenesí de su amor les quita la vida. Pese a tanto razonamiento, ella no entendió que a la otra joven le pasaron cosas buenas por el amor que le tenía al prójimo.