El legendario trineo de Santa Claus es una de las piezas claves para este mítico personaje, sin embargo, sería imposible que pudiera conducirlo sin la ayuda de sus trineos mágicos, entre ellos Rodolfo, el reno de la nariz roja.
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Tanto él, como sus demás compañeros acompañan a Santa Claus por el largo recorrido que hace durante la noche para repartir los regalos a los niños que se portaron bien durante el año.
El origen de Rodolfo
Según las leyendas y mitos que existen, Rudolph era uno de los renos más jóvenes de su manada, el cual constantemente sufría de las burlas de sus compañeros debido a que hablaba de una forma particular, además de una característica difícil de pasar desapercibida: su gran nariz roja.
La nariz de Rudolph era tan grande y reluciente que emitía una poderosa luz roja, la cual se alcanzaba a ver desde varios metros de distancia.
No fue sino hasta que en Navidad Santa bajó a buscar a uno de sus renos, cuando se dió cuenta que una gran tormenta de nieve le imposibilitaba realizar sus labores, debido a la baja visibilidad.
Sin embargo, muy en el fondo pudo notar un destello de luz roja, era Rudolph, quien al ser visto por Santa Claus decidió incluirlo entre sus renos, para que él los guiara en el viaje.