Lo único permanente es el cambio, dijo el filósofo Heráclito. En cuanto al concepto de "Año Nuevo", no es privativo de nuestra cultura occidental; se ha 'festejado' (por llamarle de algún modo) en diversas épocas y lugares, por hombres similares a nosotros en su necesidad de cerrar ciclos, establecer parámetros, marchar hacia horizontes distintos, fijarse metas; iguales a nosotros en nuestra necesidad de renovación. Aquí va una curaduría de datos interesantes:
-En China festejan su Año Nuevo (el más celebrado después del occidental) en la primera Luna Nueva en el signo de Acuario, entre fines de enero y mediados de febrero.
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-La tradición judaica lo festeja en diferentes fechas, pero siempre entre septiembre y octubre, cerca del equinoccio de primavera en el hemisferio Sur, en el primer mes de su calendario. De acuerdo con la tradición, en este día fue creado Adán, el orígen de la especie humana. Le llaman Rosh Hashaná (cabeza de año).
-Hace siglos, el Año Nuevo se festejaba el 21 de marzo, cuando el invierno terminaba y comenzaba el nuevo ciclo agrícola.
-El primer Año Nuevo celebrado en la azotea del One Times Square con su exhibición de fuegos artificiales fue en 1904. ¿Adivinen quién lo organizó? ¡Un periódico! Fue el New York Times para inaugurar sus nuevas instalaciones en Times Square y celebrar el cambio de nombre de Longacre Square a Times Square.
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-En el año de 1582, al sustituir el calendario juliano por el que hoy conocemos, el papa Gregorio XIII determinó que el año comenzara el 1 de enero, supuesto día de la circuncisión de Jesús.
-Cada 52 años, durante la constelación de las Pleyades –también llamada Tianquiztli–, nuestros antepasados celebraban el Fuego Nuevo en Tenochtitlán. Se trataba de un ritual metafórico de cierre e inicio de ciclo, en donde podía terminar tanto la vida como el mundo.
-Los aztecas celebraban su Año Nuevo así: cada 52 años, en la constelación de las Pleyades o Tianquiztli, nuestros antepasados celebraban el Fuego Nuevo en Tenochtitlán. Era un ritual de cierre e inicio de ciclo, que iniciaba partiendo de la oscuridad y el silencio hacia la luz; para que la vida continuara otros 52 años se encendía el Fuego Nuevo en el Cerro de la Estrella.
-El uróboros o serpiente que se come su propia cola es, de acuerdo con Wikipedia, un símbolo que muestra a un animal serpentiforme que se engulle a sí mismo y que conforma, con su cuerpo, una forma circular". Siguiendo esta idea, uróboros simboliza el ciclo eterno de las cosas, también el esfuerzo eterno, la lucha eterna o bien el esfuerzo inútil, ya que el ciclo vuelve a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo.
De todo esto, creo que podemos concluir que el ser humano tiene una gran necesidad de entender los ciclos de la vida y el mundo que le rodea, pero también de ese otro mundo, más profundo, más misterioso que está dentro de sí mismo: el misterio del propio Ser.