La siguiente historia forma parte de la tradición oral del estado de Tabasco, bien puede tratarse de una pieza de ficción o pertenecer al imaginario popular. Algunos de los relatos que aquí publicamos son dados por verdaderos entre quienes afirman haberlos vivido, sin embargo, en la presente sección simplemente difundimos estos contenidos para que nuestros queridos lectores pasen un rato entretenido.
Un hombre cuyo nombre el tiempo ha borrado, así como los cielos su alma, vivió a principios del siglo XX en Paraíso, Tabasco, aprendió brujería, su afán por convertirse en el mejor hechicero de la región lo llevaron a perder su alma. El día que estaba siendo velado su cuerpo desapareció de la caja, cuenta un pariente, persona que pidió omitiéramos su nombre.
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El sujeto que es la parte de central de esta historia vendría siendo el tío abuelo del que cuenta los hechos paranormales, sin más vínculo con la realidad que el relato mismo. Aquel hombre tenía una hermana, había nacido con un don (según el narrador), el cual, el señor de las tinieblas se lo había otorgado.
La mujer tenía muchos clientes, unos iban para tumbar a alguien, esa era la palabra que ella utilizaba cuando hacía un mal, otros, en busca de una poción o polvos que le permitieran dominar al ser amado, entre otras peticiones.
Comienzo de la historia
Su hermano veía lo respetada que era aquella, sentía envidia, a pesar de haber nacido del mismo vientre él no tenía nada especial, era como la mayoría de los mortales. La situación de pobreza en que vivía aumentaban este sentimiento.
En más de una ocasión le pidió a su consanguínea que le enseñara lo que sabía, pero la respuesta era un contundente, no. Le decía que el tenía un mal sentimiento, lo que aprendiera lo usaría para hacer daño, por el simple placer de hacerlo.
Tras tanto intentos fallidos por convencer a su hermana, un día se cansó y se fue del municipio. (La siguiente parte del relato, el hombre cuenta que se lo supo por su abuela).
Le otorgan los poderes
Los pasos le llevaron a una selva, donde la vegetación y los animales parecían más grandes de lo normal, iba enojado, fastidiado de la vida, quería acabar con sus días. Sin saber por qué, comenzó a pedir a la nada (al menos eso pensaba).
Entre sus incontables peticiones estaba en convertirse en un brujo, no cualquiera, el mejor, llegar a tener riqueza y a cambio quien le ayudara iba a quedarle agradecido, daba como moneda de cambio su vida.
Alguien le tomó la palabra, sin más cosa extraordinaria que la quietud del lugar, el hombre se apareció un día en casa de su pariente, al verlo, supo que algo había cambiado, no en su físico, pero sí en la energía de su cuerpo, esa que todos tenemos, pero pocos nos damos cuenta de su presencia.
Le preguntó que se había hecho, eran ocho meses sin saber de él, la familia ya lo daba por muerto, la respuesta del individuo fue que había estado viajando, no le dijo dónde. Después de esa visita, comenzó a realizar trabajos de hechicería, la gente llegaba a su casa, su clientela quería riqueza, acabar con sus enemigos, tener mujeres, los pedimentos habituales de quien frecuenta este tipo de personajes.
Extraño objeto
En una ocasión realizó un trabajo a un hombre muy humilde, cosa rara, pues solo empleaba sus artes para obtener riqueza. Aquel no tenía valor en monedas o especia, pero guardaba un muñeco, el cual se movía como si tuviera vida. El brujo, quien sabe cómo, se enteró del objeto, lo pidió en pago. Al otro, no le quedó más que dárselo.
\u0010Según el esotérico dentro del muñeco había atrapado un ángel, y eso le iba dar más poderes. Así cada vez que realizaba algún encargo, lo llevaba a su lado. Sin embargo, algo con lo que no contó, es que este le iba absorbiendo la vida, así de un día para otro empezó a sentirse mal, débil, envejeció rápidamente.
Un día, cuando intentó entrar a su casa ya no pudo, una fuerza extraña se lo impedía, era aquel objeto que ya no lo dejaba entrar, en ese instante comenzó a sentir unas punzadas en todo el cuerpo, cayó al suelo, quedó inmóvil, con los ojos abiertos.
Desaparece el cuerpo
Los familiares levantaron el cuerpo, lo llevaron a la casa de su hermana, ahí lo velaron, no se le pudo cerrar los ojos. La madrugada llegó, los que habían ido a darle el pésame a sus parientes ya no estaban, de pronto, se escuchó un ruido, apareció un gato negro que se puso debajo de la caja. En la mañana al ir a ver el cuerpo, ya no estaba.
Todos estaban sorprendidos, menos la mujer, sabía que a su hermano se lo llevó el señor del mal, lo reclamó, pues, al final de cuentas, su vida, espíritu y cuerpo le pertenecían.