La siguiente historia forma parte de la tradición oral del estado de Tabasco, bien puede tratarse de una pieza de ficción o pertenecer al imaginario popular. Algunos de los relatos que aquí publicamos son dados por verdaderos entre quienes afirman haberlos vivido, sin embargo, en la presente sección simplemente difundimos estos contenidos para que nuestros queridos lectores pasen un rato entretenido.
El 29 de marzo de 1989 murió en la Ciudad de México, en ese entonces Distrito Federal, Francisco José Hernández Mandujano, más conocido como Chico Che. Su cuerpo fue enterrado en el Panteón Central de Villahermosa y como todas las personas que dejan huella, surgen historias, aun después de dejar el mundo de los vivos, y el músico no fue la excepción. Hay quienes afirman que su espíritu deambula por el camposanto.
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Un personaje único que con su estilo musical y su vestimenta, un overol, se hizo notar en el ambiente artístico de los años ochenta, participando incluso en cintas como Despedida de soltero, Taquito de ojo, Huele a gas, por mencionar algunas.
Nació en la colonia Tamulté de Villahermosa, el 7 de diciembre de 1945, su padre fue Gabriel Hernández Llergo y madre Haydée Mandujano de Hernández. Durante su adolescencia estudió en una academia militar y en su juventud ingresó a la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) para cursar la carrera de Derecho.
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Sin embargo, su verdadera pasión era la música, gustaba de tocar la guitarra y el saxofón, lo que le llevó a formar parte de diversas agrupaciones, entre ellas Los Temerarios de Tabasco y Los Bárbaros. En 1968 fundó el grupo La Crisis con el que se convirtió en un fenómeno musical con temas como: Paraíso, Los nenes con los nenes, De quen chon, A las pipís y gañas, entre otras. Éxito que fue truncado por un derrame cerebral en la calle de la colonia Educación de la Delegación Coyoacán.
¿Qué sucedió en el Panteón Central?
A partir de su muerte comienzan a surgir historias sobre sus apariciones, que se convirtieron en leyendas. Entre estas, hay quienes aseguran que han visto su silueta deambulando en el cementerio y que escuchan sus canciones en la noche.
Un grupo de investigadores de cuestiones paranormales vino desde la Ciudad de México para comprobar la veracidad de los relatos. A continuación esto fue lo que sucedió, según el libro Historias de Terror de Tabasco:
“Un grupo de investigadores acudieron al lugar y cuentan que un especialista hizo una invocación para saber si era Chico Che quien se encontraba penando. Estos cazafantasmas dijeron que siempre que se invoca a alguien tienen que decir su nombre tres veces para que se empiece a manifestar. En este caso no hubo respuesta cuando dijeron: Francisco José Hernández… Francisco José Hernández… ¡Francisco José Hernández!
“Aunque se podía sentir una presencia, en poco tiempo se dieron cuenta que no era el Francisco José Hernández que buscaban, sino quizá otra ánima con un nombre parecido, un espíritu que se había confundido en ese momento.
“Entonces, uno de los investigadores decidió invocarlo por su único e inconfundible nombre: Chico Che… Chico Che… ¡Chico Che! “¡Entonces pudieron comunicarse con él!
“Aunque no dan mucha información al respecto, dijeron que finalmente le informaron que era hora de partir de este plano e ir al mundo de los muertos, pues se había convertido en un alma en pena y asustaba a la gente. Chico Che aceptó, sobre todo porque se dio cuenta que, en el otro mundo, seguro habría más gente que lo recordaba por su música y la disfrutaría, pues en estos tiempos, ya casi nadie sabe quién fue este cantante.
“Sólo falta saber si allá tendrá el mismo éxito su canción “¿Quién pompo?”, pues no se ha confirmado si los muertos usan zapatos, ya que siempre flotan y no necesitan caminar”, así concluye el relato.