Al inicio de cada ciclo escolar los alumnos reciben un paquete de libros de texto gratuitos con los nombres de las diferentes materias. La Secretaría de Educación Pública (SEP) entrega estos tomos a todos los estudiantes, sin importar que sean de instituciones publicas y privadas, de esta manera se busca que todos tengan acceso a estos contenidos.
Muchos jóvenes esperan a que llegue el día en el que les den estos materiales con los podrán leer, realizar ejercicios matemáticos, estudiar sobre el ambiente, conocer sobre historia, cívica, ética y aprender muchas cosas sobre su entorno, por lo que esto contribuye a su preparación académica y personal.
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A pesar de que en la actualidad es una práctica muy normal no siempre ha sido así, ya que antes era un procedimiento distinto, a pesar de que ya tienen varios años de existencia. Aun así, mucha gente suele recordarlos con cariño, incluso hay quien todavía conserva varios números.
Los antecedentes de los libros de texto
La entrega de materiales para los estudiantes ya se hacía desde el porfiriato, así como en las administraciones de Álvaro Obregón, Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho, pero no era de manera formal.
Todo cambió el 12 de febrero de 1959, cuando el presidente Adolfo López Mateos creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg). Esto fue anunciado en el Diario Oficial de la Federación.
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En este documento oficial se indicó que el objetivo de estos libros era “fijar, con apego a la metodología y a los programas respectivos, las características de los libros de texto destinados a la educación primaria”.
El primero libro de texto que se entregó
De acuerdo con el Gobierno de México, la entrega de los libros de texto se hizo por primera vez el 16 de enero de 1960, cuando el titular de la SEP Jaime Torres Bodet, llevó los materiales a la localidad de El Saucito, en San Luis Potosí.
En ese momento se entregaron dos tomos gratuitos llamados ‘Mi libro de primer año’ y ‘Mi cuaderno de trabajo de primer año’. Posterior a esto, en todo el país distribuyeron los libros en más de 33 mil primarias, en donde había cerca de 11 mil alumnos inscritos en primer grado.
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Las autoridades explicaron que esto dejó un precedente para la educación dentro de México. En total se imprimieron 19 títulos para los estudiantes de nivel básico, así como dos creados para los profesores.
En el contenido de aquellas primeras obras se buscó conmemorar los 150 años de la Independencia, y 50 de la Revolución mexicana, por lo que se hablaba de los héroes de la historia nacional y se quería difundir el patriotismo en los niños.