Cuando en Tabasco bajan las temperaturas por lo menos a 25 grados centígrados llega el momento de poner una o dos cobijas en la cama y cubrirse de pies a cabeza a la hora de dormir. En ese contexto "la colchita de tigre” , viejisima por cierto, sale a relucir como parte de la tradición mexicana y también de la cultura pop.
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Como si de un ritual se tratase, cada año en los hogares mexicanos se llega el día de sacar las colchas de los armarios, para cubrir a los friolentos y vestir las camas, que se llenan de animales salvajes y paisajes exóticos: tigres caminando por la selva, leones arriba de montañas, tigres tomando agua en un río, lobos acechando en la oscuridad, águilas volando, venados corriendo, pavos reales exhibiendo sus largas colas y guerreros aztecas de torso desnudo sosteniendo doncellas en sus musculosos brazos. Aunque definitivamente el diseño más conocido de este tipo de colchas es el de tigre.
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El origen de los cobertores "De Tigre" está en la marca San Marcos, cuyas fábricas se ubicaron en Aguascalientes (centro norte de México). A mediados de los setenta, su creador, era el empresario textil Jesús Rivera Franco, quien descubrió el tejido sintético en un viaje a España -donde también son muy populares este tipo de cobijas- y comenzó con la producción. Las llamó San Marcos en honor a su barrio en Aguascalientes. De hecho, el logotipo de la marca es la puerta del Jardín de San Marcos, uno de los lugares emblemáticos de la ciudad.
Aunque el cariño por la cobija San Marcos también llegó hasta Estados Unidos de la mano de los migrantes mexicanos que la introdujeron en la comunidad latina. The Urban Dictionary incluye la palabra San Marcos como sinónimo de manta o cobija calentita de México.
“Tan pronto como salió al mercado en México, fue un éxito. Todo el mundo quería una”, contaba el hermano del empresario, Francisco Rivera Franco, en un entrevista al periódico Los Angeles Times.
Ya no las fabrican
La cobija del tigre, se ha vuelto una prenda exclusiva en los últimos años, pues la fábrica que las producía en Aguascalientes cerró en 2004, pese a eso el cariño a estas mantas continúa en los hogares mexicanos y por su calidad y durabilidad se han convertido en algo que las familias heredan de generación en generación.
El auge de ventas de esta marca fue durante la década de los 80 y 90, donde eran un producto muy popular, y necesario en todo hogar, para resistir el frío de la época decembrina.
Pero a principios de los noventa, nuevos materiales más ligeros y modelos más económicos llegados de Asia, golpearon las ganancias de la empresa. En 1993, Rivera Franco vendió Grupo Textil San Marcos a la empresa de Monterrey Cydsa, que se deshizo de la planta de Aguascalientes en 2004, fecha en la que se fabricaron los últimos cobertores originales.
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Las fibras costosas, el proceso de hilatura y confección se volvió muy caro y los precios no eran competitivos para el mercado, hace 23 años la explicación por parte de su dueño para cerrar la fábrica fue: “Es un proceso artesanal, los operadores de los telares ya son de edad avanzada y las nuevas generaciones ya no se meten en ese tipo de producciones"
Nuevas empresas intentan replicarlas
La fama de las cobijas San Marcos se extendió tanto que ahora otras empresas aprovechan sus diseños para fabricar otras similares. Como estos cobertores con diseños parecidos cuya producción documento el Youtuber Luicito Comunica y que han tratado replicar los dibujos y paisajes realizados por la empresa San Marcos.
La cobija es sumamente resistente, soporta lavado en lavadora, a mano, uso de secadora, asoleadas de 45 grados, etc, el tejido es tan grueso que soporta las garras de las mascotas sin romperse, básicamente están hechas de poliéster y pesan entre dos y tres kilogramos.
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Al usar las décadas las mantas con un tigre estampado se acabó convirtiendo en garantía de un buen producto contra el frío. “Tras el cierre de San Marcos, nuestra fábrica cobra fuerza a nivel nacional con las marcas San Martín y Altamira, que durante muchos años fueron las principales marcas de cobertor de ‘Jacquard’, que es el tipo de tejido del cobertor con estampado de animales”, explicó Erik González, director comercial de SIENA Home textiles, en Santa Ana Chiautempan, Tlaxcala.
¿Qué ha pasado con las colchitas de tigre desde entonces?
Lejos de acabar con la tradición, la popularidad entre el público joven ha aumentado. Algunas propuestas artísticas y estéticas buscan revalorizar la herencia cultural e identitaria de estas cobijas. Es el caso de la diseñadora Brenda Equihua, estadounidense de padres mexicanos, que creó en 2008 una colección de chamarras inspiradas en los cobertores San Marcos. “Lo más importante para mi era honrar mi historia. Hacer una pieza de alta moda con un material humilde”, afirmó la diseñadora en una entrevista.
“Era importante dignificar la cobija porque, igual que hay gente que para ellos la cobija es importante, también hay quienes la consideran de mal gusto”, señala la diseñadora. Quería atraer a gente a la conversación sobre la historia y la tradición no solo de los latinos y los mexicanos, sino de la diversidad de culturas que fabrican, distribuyen y compran estas cobijas en Estados Unidos”, explica.
La artista que creció hablando español en su casa dice que el cobertor del tigre no es algo de lo que se habla, “más bien se siente” porque es parte cualquier familia mexicana en Estados Unidos. “Es algo que se regala en Navidad”
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A pesar de que ya no existen cobertores San Marcos originales desde hace 23 años, todavía es posible encontrar anuncios en plataformas como Marketplace o Mercado Libre que hablan de productos “tipo San Marcos”, los cuales mantienen viva la nostalgia de este producto, increíblemente económico y sorprendentemente funcional. Y tú ¿qué historia tienes con esta cobijita? ¿Tienes alguna pieza original en casa? compartenos tu historia en los comentarios.