La siguiente historia forma parte de la tradición oral del estado de Tabasco, bien puede tratarse de una pieza de ficción o pertenecer al imaginario popular. Algunos de los relatos que aquí publicamos son dados por verdaderos entre quienes afirman haberlos vivido, sin embargo, en la presente sección simplemente difundimos estos contenidos para que nuestros queridos lectores pasen un rato entretenido.

Cuenta una leyenda ch´ol que del cuerpo de un joven nacieron los animales domésticos, lo que sucedió hace miles de años. En la época de tal acontecimiento sólo los animales salvajes andaban por el monte sin rumbo alguno.

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Todo inició con una mujer de nombre Ch’ujnia, fuerte y poderosa, que tenía un hijo, llamado Askun que se dedicaba a los trabajos del campo. En una ocasión al regresar a su casa encontró la entrada con piedras y semillas hermosas. Alguien había estado jugando con ellas mientras se encontraba en el campo, por lo que le preguntó a su madre si tenía un hermanito.

Los celos de un hermano

A la mujer no le quedó más remedio que confirmarle su sospecha, al ir por un niño de nombre ljtzin, era si hijo más pequeño, y se le presentó. Le recomendó que no lo tratara mal, pues era de su misma sangre.

El hermano mayor aseguró que lo querría y cuidaría siempre, sin embargo, sus palabras eran mentiras. Al ver al niño sintió celos y pensó en la forma de librarse de él. Se le ocurrió perderlo en el monte. Para llevar a cabo su plan, Askun se internó en la selva con Ijtzin, se alejaron, y cuando consideró que estaban en lo más profundo de los árboles, dejó al pequeño en el lugar.

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Convencido que ya no lo vería más, el joven le dijo a su madre que su hermano había desaparecido. No había terminado de contarle cuando a lo lejos se vio que regresaba el menor con varios frutos que le regaló a la mamá, lo que le llenó de alegría.

Una trampa fallida

En otra ocasión, el muchacho construyó una trampa para tepezcuintle y le comentó al hermanito, con una falsa preocupación, que no podía poner la carne que serviría como cebo. Tras decirle la mentira, le pidió a Ijtzin que se colocara dentro del artefacto. En cuanto entró, lo cerró, quedando atrapado el menor.

Askun se retiró del lugar y fue hasta Ch’ujnia para contarle que su hermano había desaparecido, aún estaba contándole a la madre cuando apareció el pequeño con un tepezcuintle y se lo ofreció a su progenitora.

Su hermano lo avienta al río

Cansado de fallar en sus intenciones, en una ocasión estaban en un río y sin pensarlo el hermano mayor lo aventó y la corriente se llevó al hermano menor. Como en las otras ocasiones, el joven le fue a contar a la mamá que el niño había desaparecido. Aún no terminaba su mentira cuando vio a Ijtzin aparecer con unos peces. Se los dio a la mujer para que los preparara. Askun fastidiado, se preguntó qué poderes tenía su hermano para sobrevivir a cada intento de deshacerse de él.

Era hijo del Creador

Lo que no sabía, es que la criatura era también hijo de Ch’ujtiat, el Creador de todas las cosas. Razón por la que tenía un poder especial. Ijtzin de carácter pacífico sabía que su hermano necesitaba un escarmiento. Un día lo invitó al monte, le dijo que conocía una colmena con la miel más dulce, la cual debía probar. Askun aceptó la invitación. Al llegar al árbol donde estaba colgado el bulto con las abejas, el muchacho se subió rápido, ansioso de saborear ese manjar.

Por su parte el menor al ver que su hermano ya estaba en lo más alto, arrancó el árbol de raíz y lo tiró al suelo, haciéndose miles de pedazos, lo mismo pasó con el cuerpo del joven, naciendo de las astillas los animales domésticos como los pollos, borregos, perros, gatos, guajolotes, cerdos entre otros. Desde entonces en la Tierra hay dos tipos de animales, los domésticos que siempre acompañan al hombre y los salvajes que evitan toparse con los seres humanos.