La siguiente historia forma parte de la tradición oral del estado de Tabasco, bien puede tratarse de una pieza de ficción o pertenecer al imaginario popular. Algunos de los relatos que aquí publicamos son dados por verdaderos entre quienes afirman haberlos vivido, sin embargo, en la presente sección simplemente difundimos estos contenidos para que nuestros queridos lectores pasen un rato entretenido.
Una mujer vestida de blanco se aparece en Villa Playas de Rosario, Centro, quienes aseguran haberla visto mencionan que tiene un hermoso cuerpo, pero cuando están cerca descubren un rostro que a más de uno ha aterrorizado, al grado de morir a los pocos días.
A esta aparición le atribuyen por lo menos 30 muertes, según pobladores de la comunidad. Sin embargo, como en muchos de estos relatos, tales respuestas están acompañadas con las frases: “Me lo contó un vecino… mi abuelo… le pasó a un conocido”.
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Entre los sujetos que se han encontrado con el espectro está la historia de un hombre que era aficionado a jugar cartas con sus amigos, aparte le gustaba tomar bebidas alcohólicas; el juego y el alcohol eran su pasión.
Ocurrió que en una de estas juergas, el fulano y sus compañeros de parranda jugaron hasta altas horas de la madrugada. Concluida la reunión aquel dejó la casa donde había estado. Pasó en una calle semioscura, la poca luminosidad era proporcionada por la misma noche, con la luna.
Los pasos torpes, de una lugar hacia otro, señal del grado de intoxicación que llevaba, lo llevaron cerca del panteón, a la entrada del lugar vio una muchacha, dedujo que era una joven de hermosa figura, así la veía.
Le empezó a chiflar y lanzarle uno que otro piropo, conforme se acercaba observó que vestía de blanco, tenía un velo, lentamente llegó hasta la mujer, siguió diciéndole palabras relacionadas con su belleza.
Claró, en ese momento no sabía que tenía enfrente una aparición. Al momento de tenerla de frente, le quitó el pedazo de tela que cubría el rostro, gran sorpresa se llevó, al ver una cara descarnada y que contrastaba con su silueta.
El hombre gritó, estuvo parado unos minutos ante ese engendro, segundos después se echó a correr, llegó a su casa y nueve días después de la experiencia, murió.