El agua es esencial para la salud, pero garantizar que sea segura y pura es fundamental. En México, es común que muchas personas compren agua en garrafón confiando en que está adecuadamente purificada.

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Sin embargo, la calidad del agua no siempre es lo que parece. Para evitar riesgos, es importante saber cómo verificar la pureza del agua que consumes. Para asegurar que el agua de garrafón sea segura, es crucial identificar posibles señales de contaminación. Los siguientes aspectos pueden ayudarte a determinar si el agua está realmente purificada:

El agua purificada debe ser insípida e inodora. Si detectas un sabor metálico, amargo o un olor extraño, esto puede indicar que el agua no está bien purificada. El agua debe ser clara y transparente. La presencia de partículas, sedimentos, turbidez o un color inusual puede ser una señal de contaminación.

Observa si hay residuos sólidos en el fondo del garrafón o depósitos en las paredes del recipiente. Estos pueden indicar una falta de purificación adecuada. Malestares gastrointestinales, náuseas o diarrea tras consumir el agua pueden ser síntomas de contaminación.

Verifica que el garrafón esté bien sellado y revisa la etiqueta para conocer la fecha de llenado y la procedencia del agua. Un garrafón mal cerrado o con una etiqueta ilegible puede ser motivo de desconfianza.

Si optas por comprar agua en purificadoras locales, es importante tomar ciertas precauciones. Se recomienda desinfectar el agua en casa, añadiendo dos gotas de plata coloidal o cloro por cada litro de agua, y dejar reposar durante 20 a 30 minutos antes de consumirla.

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Asegúrate de adquirir agua en establecimientos que cumplan con las normativas de sanidad, realicen controles de calidad constantes y cuenten con personal capacitado en buenas prácticas de higiene.