Misterio guadalupano: de sus orígenes a la actualidad

El culto a la Virgen de Guadalupe está en expansión permanente y sus devotos se cuentan por millones, señala Gisela von Wobeser, investigadora de la UNAM

José Gómez | El Heraldo de Tabasco

  · sábado 11 de diciembre de 2021

"En México el guadalupanismo es una manera de identificarnos, es un símbolo muy importante”, afirma la académica. Foto: Cortesía |https://www.unionjalisco.mx

“Desde mediados del siglo XVII a la fecha, el culto a la Virgen de Guadalupe ha estado en permanente expansión”, asi lo comentó Gisela von Wobeser, investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, en el artículo “Virgen de Guadalupe, la devoción católica que más crece en el mundo” del sitio https://www.gaceta.unam.mx/virgen-de-guadalupe-la-devocion-cristiana-que-mas-crece-en-el-mundo/; palabras mencionadas al hablar de su libro “Orígenes del culto a Nuestra Señora de Guadalupe 1521-1568 (UNAM/FCE, 2019)”.

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La académica indicó que en 2018 más de 10 millones de personas fueron a la Ciudad de México para venerar la imagen guadalupana; peregrinos provenientes de muchas partes del país y del extranjero que llegaron en convoyes de autobuses, bicicletas y caminando, cubriendo distancias de hasta 500 kilómetros.

Inicio de la devoción

El inicio de esta creencia se remonta a los primeros años de la Conquista en 1525 -según von Wobeser- cuando monjes franciscanos edificaron una ermita en el cerro del Tepeyac dedicada a la virgen María, lugar donde los aztecas rendían culto a diferentes dioses, entre ellos a Tonantzin Cihuacoátl. Sobre el lienzo que hoy es venerado en la Basílica, no hay información del momento en que fue colocado en la capilla; probablemente estaba desde el momento de su edificación, infiere la especialista.

Precisa que 30 años después, se rendía devoción a la sagrada imagen a la que se le atribuían milagros; agrega que la pintura fue hecha siguiendo un modelo iconográfico medieval, conocido como muler amicta sole (mujer vestida de sol), empleado en Flandes y Alemania para la representación de la virgen María.

Al seguir la línea de razonamiento que la figura es una obra de arte, la investigadora señala que el autor pudo ser Marco Cipac Aquino, “connotado pintor indígena que trabajó para los franciscanos”, quien probablemente utilizó como modelo un grabado flamenco del siglo XV, conocido como 'la Virgen en la Gloria', al plasmar a la madre de Dios lo hizo con características propias de la cultura náhuatl, como el peinado de raya en medio pegado a la sienes, utilizado por las indígenas casadas nobles. Tal proyecto debió ser encargado por los monjes.

Foto: Cortesía | https://www.lavozdemichoacan.com.mx

Otro punto que aborda la experta en estos temas, es el nombre que lleva la considerada por los católicos como patrona de México. Refiere que fue a mediados del siglo XVI cuando se le empezó a nombrar Guadalupe, siendo el recién nombrado arzobispo de la Nueva España, Alonso de Montúfar quien hace esta modificación, movido por intereses personales: “de manera inteligente aunque poco ética, la bautizó con el nombre de Guadalupe, usurpando el de la Virgen extremeña de las Villuercas”. Dentro de los motivos que le llevaron a tal acción fue el de la gran devoción que le profesaban tanto nativos como españoles.

Respecto a los beneficios que acarreó, la catedrática mencionó: “fue un golpe magistral, ya que en ese momento, la Virgen de Guadalupe extremeña era la devoción mariana más importante de España. Al hurtarle el nombre, la Guadalupana mexicana capitalizó una parte espiritual de la extremeña y se benefició económicamente, ya que muchos novohispanos creyeron que se trataba de la misma devoción. Así la ermita del Tepeyac se quedó con muchos donativos”.

Foto: Cortesía | https://www.lavozdemichoacan.com.mx

En 1574 llegó a la Nueva España Fray Diego de Santa María, uno de los monjes jerónimos custodios del santuario extremeño, su presencia era para canalizar parte de las limosnas de la capilla a la casa matriz, es decir a la virgen española. Sin embargo se fue con las manos vacías, al encontrar diferencias entre los cultos. Por lo que solicitó que se transfiriera la administración de la ermita a su orden o se le retirara el nombre a la imagen venerada; ninguna de las dos cosas sucedió.

Controversia entre religiosos

Montúfar y Francisco de Bustamante, prior franciscano, protagonizaron una controversia que inició el 6 de septiembre de 1556, cuando el primero ofició una misa en la que afirmó que la Virgen de Guadalupe realizaba milagros, dos días después, el segundo censuró lo dicho por el arzobispo en presencia del Virrey, al cuestionar: “a la imagen se le atribuyeron milagros, y apenas ayer la había pintado el indio Marcos”.

La discusión que protagonizaron los religiosos es la muestra que en esta orden había miembros que desaprobaban la forma en que sus antecesores habían evangelizado a los indios, indicó la erudita. “Según ellos habían fomentado un culto herético porque sospechaban que detrás de este, en realidad adoraban a Tonantzin, o a la Virgen como si fuera una diosa”,

Además: “A todos pareció normal que la imagen hubiera sido hecha por manos humanas. Esto se explica porque en el imaginario de los fieles, todavía no había surgido la idea de las apariciones de la Virgen”.

Foto: Cortesía | Boston Public Library

Indicios y tradición oral

Von Wobeser precisa “que no hay documentos civiles y eclesiásticos de las apariciones marianas del siglo XVI. Estos supuestos hechos están ausentes en la extensísima obra de Juan de Zumárraga, quien según la tradición aparicionista fue partícipe y testigo de los sucedido”.

Los primeros relatos sobre este acontecimiento aparecen en el siglo XVII. Hay indicios de que la leyenda de Juan Diego surgió entre los indígenas, registrándose en documentos de origen náhuatl como el Nican Mopohua, sin embargo, tales fuentes son anónimas y no se pueden datar, aunque la aquí mencionada se le atribuye al indígena Antonio Valeriano, uno de los eruditos más reconocidos de su época.

El primer documento que describe la secuencia de las apariciones es de 1648 y lleva por titulo “Imagen de la Virgen María, Madre de Dios de Guadalupe”, escrito por el teólogo Miguel Sánchez. “Con esta publicación se consolidó la trama narrativa de la leyenda, a la vez que adquirió un sustento teológico y se adaptó al público español culto”.

Foto: Cortesía | https://ruizhealytimes.com

De acuerdo al texto, la Virgen se le apareció a Juan Diego en diciembre, más no se precisa una fecha; la instrucción que le dio fue el de hablar con el Obispo de México, Juan de Zumárraga, cuyo mensaje era el de construir una iglesia para que ella se convirtiera en patrona de los novohispano y su intermediaria ante Dios. El religioso no le creyó al indígena por lo que pidió una prueba. Entonces la Virgen mandó a Juan Diego a cortar unas rosas, las cuales recogió en su tilma, una manta de algodón que llevaba anudada a los hombros; al extenderla frente al religioso, las flores cayeron al suelo y apareció estampada la imagen.

A partir de la publicación de la obra de Sánchez, la narración de las apariciones se popularizó, así como a través de los sermones y de la catequesis. “Aunque el culto a la Virgen de Guadalupe ha llegado a muchos países, incluso a Europa y hasta Asia, en México el guadalupanismo es una manera de identificarnos, es un símbolo muy importante”, afirma la académica universitaria.