Un estudio donde científicos anduvieron modificando genes dio hamsters enojados, lo que inició como un análisis del ritmo cardiaco de los roedores derivó en resultados no contemplados por los expertos.
La hormona que le inyectaron a dos especímenes fue la hormona arginina vasopresina (AVP), pese a que no alteró el ciclo de sueño de los animalitos, comenzaron a mostrar comportamiento agresivo.
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Ambos empezaron a mojarse las caderas (lugar donde están las glándulas odoríferas) con saliva y se frotaban constantemente contra la pared de la jaula lo que indicaba reclamo territorial.
¿En qué año se realizó el estudio?
El estudio realizado en 1984 por la Universidad de Georgia dejó muchas interrogantes. Esto llevó a realizar un análisis farmacológico del AVP, llamado Avpr1a, que parecía tener efectos dependientes del sexo.
La sustancia aplicada a los hamsters en forma de inyección mostró que al colocarse en su forma activadora, hacía a los machos más agresivos y en su forma inhibidora, este comportamiento disminuía. Los resultados había demostrado que la sustancia era reguladora de la agresión.
¿Disminuyó la agresividad en los ratones?
Sin embargo, en 2007 investigadores de la Universidad de Buffalo eliminó el gen Avpr1a en ratones machos, pero no disminuyó la agresividad de estos.
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A pesar del resultado, este no fue admitido por investigadores de la Universidad Estatal de Georgia, el principal argumento es que se trabajó con ratones, no con hamters.
Al realizarse el experimento con estos roedores se observó que independiente de la sustancia estos eran agresivos sin importar el sexo.