Casi todas las personas aman las plantas, sobre todo porque ayudan a aportar vida y color a nuestros hogares y en muchas ocasiones la jardinería sirve como un método para alejarnos del estrés y mantenernos en armonía.
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Aunque ya se había hablado del mindfulness, una corriente que se trata de conectar con los sentidos en el momento presente, recientemente salió a la luz el plantfulness, una variación enfocada a las plantas
¿Qué es el plantfulness?
Se trata de conectar con la naturaleza, como cuando éramos pequeños y sembramos plantas con nuestras familias o corríamos por el pasto descalzo, en este caso Eva Durán, fundadora de la escuela de Plantlovers, comparte en su libro ' Plantas para ser feliz' los beneficios de esta práctica.
En él señala que se trata de una meditación activa mediante el contacto con las plantas, lo cual nos aporta paz mental a lo largo de nuestro día a día, sobre todo al sentir las texturas de las hojas, ver los colores, incluso el aroma de las flores.
“Las personas que no consiguen meditar logran a través de las plantas una calma y un bienestar que les incentiva a sacar cada día un rato para estar con ellas; es como un autocuidado” escribe.
¿Cuáles son los beneficios de esta práctica?
Ayuda a cultivar la paciencia, sobre todo al momento de comenzar a sembrar una planta, que no todas crecen con rapidez, además nos ayuda a conectar con el presente y mantenerse enfocado en las cosas que realmente importan.
Otros de los beneficios es ayudar por un rato a desconectar de los problemas, además, como ayuda a alejarse de las luces de los dispositivos móviles nos ayuda a descansar la vista y favorecer los períodos de creatividad.
¿Cómo practicar plantfulness?
Existen diferentes formas de hacerlo, una de ellas es mediante la contemplación al simplemente mirar las plantas centrándose en cada uno de sus detalles, desde los más evidentes, hasta los más pequeños, simplemente descansar la vista en ellos.
Otra forma de hacerlo es sembrando, donde el contacto es mucho mayor, esto permite sentir la tierra, conectar con las semillas, con el proceso de riego, además de lo satisfactorio que resulta ver como brota una vida que tú has creado.
En caso de que nunca hayas tenido plantas es aconsejable empezar con dos o tres macetas, sobre todo con plantas que no requieran de mucho cuidado, y que puedas mantener con poco tiempo.
“Al final es como una relación, tienes que conocerlas, pero también tienes que conocerte a ti mismo para cuidarlas sin sobrepasarte. Las plantas nos enseñan muchas cosas”. Menciona Durán.
De igual forma explica que puedes empezar germinando un hueso de aguacate, en caso de que quieras hacer algo más rápido puedes crear un mini invernadero aplicando un poco de musgo, lo cual también ayudará a darle a tu hogar un olor que te trasportará a un bosque.