Uno de los espectáculos astronómicos más bellos sin duda es una noche repleta de estrellas, cuántas veces nos hemos recostado viéndolas y admirando un paisaje único, que de acuerdo con expertos podría terminar pronto.
A través de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se dio a conocer una serie de motivos por los que podríamos ser la última generación en disfrutar de los cielos estrellados.
La luna, los eclipses y las estrellas han sido inspiración de artistas y pintores que destacan la belleza del paisaje nocturno, además algunos fenómenos atmosféricos han sido estudiados por la Ciencia durante décadas.
Actualmente cuatro de cada cinco personas no pueden apreciar las estrellas por factores como: Altos edificios con luz en cada oficina, apartamentos o negocios; luminarias mal instaladas y exceso de luz artificial.
¿Por qué ya no podemos ver las estrellas?
Algunas razones por las que en el futuro se pueden dejar de observar las estrellas comienza con la contaminación lumínica. Se define como “El flujo luminoso proveniente de fuentes artificiales de luz que provoca el aumento del brillo del cielo nocturno disminuyendo la visibilidad de los cuerpos celestes”.
"Apaga una luz y enciende una estrella" dicen especialistas que no solo demuestran cómo sería una generación de personas que probablemente no puedan conocer el cielo estrellado y perderse de muchos eventos astronómicos debido a tanta luz artificial en la Tierra sino que explican también cuánto afecta al ser humano la presencia de luz artificial en el sueño.
El alumbrado público se debe renovar para obtener solo la cantidad necesaria y regular el consumo de luz artificial, de lo contrario:
- Afecta hasta el sueño de los habitantes en la Tierra
- La luz artificial impide la observación astronómica porque reduce hasta en un 90 por ciento la cantidad de objetos celestes que se pueden observar a simple vista
- Altera el ciclo biológico de animales y plantas además de desorientarlos
- El ciclo de sueño de los humanos también se altera, pues entra la luz por las rendijas de las ventanas, además de que incrementan los dolores de cabeza, fatiga, ansiedad y estrés ante la sobre-exposición de luz.
Publicado originalmente en El Sol de Córdoba